La ONU anunció su decisión de duplicar, de aquí a 2020, los fondos que destina a un sistema de ayuda en efectivo para los refugiados y desplazados internos, y que estos recursos superen los 700 millones de dólares.
La medida forma parte de un programa que hace que la asistencia sea más efectiva y digna para los beneficiarios.
El programa se ampliará en ese mismo periodo a quince países adicionales, además de los sesenta donde ya funciona, con un presupuesto que fue de 357 millones de dólares el año pasado.
Entre los países que entrarán en este sistema de ayuda para refugiados figuran Níger, República Democrática del Congo, Ruanda, Somalia, Sudán, Etiopía, Uganda, Afganistán e Irán.
"Hemos decidido expandir el programa y hacerlo mundial y aplicarlo en todas nuestras operaciones", declaró el alto comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.
"Los refugiados saben mejor lo que necesitan. El uso más amplio de la asistencia a través de la entrega de efectivo significa que podrán decidir cómo administrar el presupuesto familiar, lo que los dignifica y da cierta normalidad a sus vidas", agregó.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) fue la primera de la organización que utilizó este sistema, que han imitado muchos otros organismos por sus resultados positivos no sólo para los refugiados, sino también para las economías locales.
Esta manera de aportar ayuda se ha convertido así en una manera de estrechar los lazos entre los refugiados y desplazados con las comunidades que les acogen, ya que benefician la actividad comercial.
En los últimos años, este programa ha sido por ejemplo muy exitoso en Jordania y Líbano, que han recibido a buena parte de los cinco millones de refugiados que ha generado la guerra en Siria.
Con información de EFE