Los brasileños volverán el próximo domingo a las urnas para elegir en una segunda vuelta a sus respectivos alcaldes en 57 ciudades del país, entre ellas Río de Janeiro, donde los electores deberán escoger entre un candidato evangélico conservador y un profesor de izquierdas.
Un total de 18 capitales y 39 municipios elegirán a sus respectivos alcalde y concejales este domingo, cuatro semanas después de realización de la primera vuelta, en la que quedó patente el declive del Partido de los Trabajadores de la expresidenta Dilma Rousseff y el ascenso del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
Las elecciones del domingo tendrán lugar en las ciudades de más de 200.000 habitantes en las que ningún candidato obtuvo más del 50 % de los votos válidos durante la primera vuelta, la cual fue realizada el pasado 2 de octubre con una gran abstención.
La disputa en Río de Janeiro será entre Marcelo Crivella, un obispo evangélico, que cuenta con una intención de voto del 63 % por ciento, y Marcelo Freixo, un profesor de izquierda a quien los sondeos dan un 37 por ciento, según la última encuesta de Datafolha.
La votación de mañana supone una gran radicalización en la capital fluminense debido a que enfrentará a un senador conservador que representa al derechista Partido Republicano Brasileño (PRB) y al grupo evangélico de la Iglesia Universal del Reino de Dios y a un diputado progresista postulado por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL).
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En Río, la primer vuelta de las elecciones dejó fuera a Pedro Paulo Carvalho Teixeira, candidato por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del presidente Michel Temer, y quien contaba con el apoyo del actual alcalde, Eduardo Paes.
En Belo Horizonte, la capital del estado de Minas Gerais, la elección del domingo tendrá un claro acento futbolístico, ya que la alcaldía la disputan dos candidatos vinculados al Atlético Mineiro.
El exportero del Atlético Mineiro João Leite parte como favorito en las encuestas por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y tendrá como rival a Alexandre Kalil, expresidente del club de fútbol más popular del estado de Minas Gerais y candidato por el minúsculo Partido Humanista de la Solidaridad (PHS).
Uno de los contratiempos de las elecciones del domingo será la ocupación de las escuelas en todo Brasil por parte de estudiantes descontentos con la política educativa aplicada por el Gobierno del presidente, Michel Temer.
Muchas de estas escuelas servían como colegios electorales, por lo que el Tribunal Superior Electoral (TSE) se ha visto obligado a modificar el lugar de votación de 700.000 personas en todo Brasil, la mayoría en el estado de Paraná, cuya capital es Curitiba.
Con el fin de evitar incidentes, el Tribunal Superior Electoral (TSE) autorizó la presencia de militares en tres ciudades del estado de Paraná, así como en otros nueve municipios de Brasil, entre ellos varios de Río de Janeiro.
El estado de Río de Janeiro ha vivido en los últimos meses una ola de atentados contra candidatos, algunos de los cuales estaban vinculados con las milicias.
La segunda vuelta de los comicios deja patente la debilidad del Partido de los Trabajadores (PT), que tan sólo disputará la Alcaldía en Recife, una de las 18 capitales brasileñas que mañana tendrán una nueva cita electoral.
El PT ya sufrió un duro revés durante la primera vuelta, cuando cosechó los peores resultados en 20 años, en medio de la crisis del partido, la destitución de la ahora expresidente Dilma Rousseff y la frágil situación económica del país.
La mayor derrota del PT el pasado 2 de octubre se dio en Sao Paulo, la ciudad más poblada de Brasil, donde ganó Joao Doria (PSDB), un empresario que se declara "apolítico" y se considera a sí mismo como un "gestor".
Con información de EFE