Quito se convierte en la sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III), donde se adoptará la Nueva Agenda Urbana (NAU). Aunque no será una declaración vinculante, marcará el camino para el desarrollo sostenible de las ciudades en los próximos 20 años.
El proceso preparatorio de la Nueva Agenda Urbana duró cerca de dos años. El documento está integrado por lo que será la Declaración de Quito sobre ciudades y asentamientos humanos sostenibles para todos y un Plan de Implementación. Jonathan Viera, delegado del país ante el Comité Negociador de la NAU, señala que este lineamiento para la ejecución de la agenda es uno de los aspectos fundamentales del documento.
“Los Estados miembros acordaron varias políticas que deberían aplicarse para el cumplimiento de la agenda. Por ejemplo, es muy importante que los municipios tengan acceso a los créditos de la banca y que se encaminen hacia una autogestión, para que no dependan de los gobiernos centrales”, explica Viera.
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Gustavo Durán, PhD en Arquitectura y Estudios Urbanos, considera fundamental para la implementación un rediseño de la institucionalidad pública.
“La actual es demasiado utilitaria al capital privado y muy poco a los intereses colectivos. Necesitamos una que no descuide ninguna de las áreas y que vele por desarrollos urbanos más sostenibles”. Repensar la economía de las ciudades hacia un modelo más redistributivo y el impacto ambiental que generan los desarrollos urbanos son dos ejes fundamentales en Hábitat III, destaca el experto en planificación urbana.
“Estos elementos derivan en una de las discusiones centrales de la cumbre, que es el derecho a la ciudad, consagrado en la constitución ecuatoriana”. Los pasos que ha dado el país en materia de sostenibilidad urbana le permitieron ser seleccionado como sede de Hábitat III. Durán sitúa estos avances en el marco constitucional y jurídico: “La constitución del 2008 registra elementos de esta nueva agenda, como el derecho a la ciudad, al hábitat, a la vivienda. Además, este año se promulgó la Ley de Ordenamiento Territorial, Uso y Gestión del Suelo, que dota a los gobiernos locales de herramientas para gestionar mejor sus competencias”.
Es la primera vez que un encuentro de esta naturaleza se celebra en un país en desarrollo de América Latina. Hábitat III es, ante todo, una conferencia de carácter intergubernamental, en la que los jefes de Estado y delegaciones de gobiernos renovarán el compromiso de los países del mundo con el desarrollo sostenible. Estas sesiones oficiales, de acceso restringido, serán del 17 al 20 de octubre, en la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Paralelamente, desde mañana habrá una amplia agenda para la participación ciudadana, que incluye asambleas, eventos de networking, diálogos sobre temas urbanos, entre otras actividades alternas.
También los Estados miembros de la ONU, organizaciones civiles, entes públicos y privados participarán de la Exposición Hábitat III, con soluciones a las problemáticas urbanas. Esto será en el parque El Arbolito y en los exteriores de la Asamblea Nacional. El Hábitat Village, por su parte, contempla 42 proyectos innovadores, que se desplegarán en la ciudad, en especial en La Mariscal, La Floresta y el Centro.
A un día para el inicio de la cumbre mundial, las expectativas ya se superan. Inicialmente se esperaban 30 000 personas, pero se inscribieron finalmente cerca de 45 000. El delegado del país en las negociaciones de la NAU aspira a que esta experiencia genere oportunidades para Ecuador, que la comunidad internacional la recuerde gratamente y que sirva para que retornen como turistas. El impacto que se estima para la economía local es de USD 93 millones.
Con información de El Comercio