Estados Unidos y Cuba tendrán un nuevo intento para comenzar a acercarse en el espinoso tema de los derechos humanos, el aspecto más complicado para llegar a acuerdos en la agenda bilateral de acercamiento entre los dos países.
El próximo viernes funcionarios de ambos gobiernos mantendrán una sesión de trabajo para compartir puntos de vista sobre los derechos humanos y tratar de dar pasos de avance en un punto que es sumamente complejo de abordar, pues las diferencias son abismales.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MinRex) anunció en una declaración oficial sobre el segundo diálogo con Estados Unidos sobre derechos humanos, el cual dará seguimiento a un primer encuentro realizado en marzo del año pasado a puerta cerrada en Washington.
“Este encuentro dará continuidad al celebrado el 31 de marzo de 2015, en Washington, como resultado de una propuesta de Cuba, y se corresponde con la voluntad del gobierno cubano de intercambiar con el de los Estados Unidos sobre cualquier tema, incluso donde existan diferencias, sobre bases de respeto e igualdad”, sostiene la declaración.
Esas diferencias señaladas por el gobierno cubano son descomunales, por eso no es casualidad que el segundo encuentro se haya tardado más de un año en materializarse.
Estados Unidos sostiene que las violaciones de derechos humanos en Cuba son continuas, que no hay democracia ni libertad de expresión y que la oposición política (conocida en el argot cubano como “los disidentes”) es reprimida por el sistema político.
El gobierno estadounidense reclama mayores libertades civiles, elecciones libres, libertad de prensa y de expresión, así como independencia económica a todos los niveles.
Cuba riposta esos señalamientos mediante la afirmación de que su sistema es más democrático porque las opiniones se recogen en la base a través de los mecanismos de expresión del Partido Comunista de Cuba (PCC), que sus elecciones tienen índices de participación superiores a la media mundial y que su sistema garantiza derechos fundamentales a la salud, educación, vivienda y canasta básica, entre otros.
El primer encuentro sobre derechos humanos en 2015 fue toda una apología a esas diferencias de visión.
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Estados Unidos insistió en el carácter represivo del modelo cubano y mantuvo su posición de impulsar reformar democráticas y económicas en Cuba, que declaró su carácter socialista a comienzo de la década de los sesenta tras la invasión a la Bahía de Cochinos por exiliados respaldados por el gobierno estadounidense.
Según la declaración dada a conocer por el MinRex, en el pasado diálogo, “la delegación de Cuba expresó su interés en contribuir a un tratamiento eficaz y no discriminatorio de los derechos humanos y destacó la necesidad de observar un balance adecuado entre los derechos civiles y políticos y los derechos económicos, sociales y culturales”.
Igualmente, los cubanos metieron el dedo en el ojo de Estados Unidos al criticarlos por “la agudización de la brutalidad y abuso policial con un patrón discriminatorio, y las limitaciones al ejercicio de los derechos labores y las libertades sindicales reconocidas internacionalmente, así como las violaciones de derechos humanos en la llamada lucha contra el terrorismo, incluida la tortura, las ejecuciones extrajudiciales con uso de drones y el espionaje y vigilancia extraterritorial”.
El diálogo del viernes será presidido por el subdirector general de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional del MinRex, Pedro Luis Pedroso Cuesta, y el por secretario adjunto para Democracia, Derechos Humanos y Trabajo del Departamento de Estado estadounidense, Tomasz Malinowski.
Se desconocen los detalles de la agenda, pero se da por sentado que no será una jornada sencilla para ninguno de los dos lados, separados por un muro ideológico que, por ahora, impide que un lado vea las virtudes del otro en un tema tan complicado.
Con información de El Nuevo Día