Puerto Rico ha solicitado urgentemente ayuda al presidente electo Donald Trump tras las provocadoras declaraciones del dictador venezolano Nicolás Maduro, quien sugirió una posible invasión del territorio estadounidense.
Esta petición se produce después de que Maduro hiciera comentarios durante el "Festival Internacional Antifascista" en Caracas, donde afirmó que "la libertad de Puerto Rico está pendiente" y sugirió el uso de tropas brasileñas para tal fin.
En su carta a Trump, la gobernadora Jenniffer González-Colón enfatizó que los comentarios de Maduro representan "una amenaza abierta a los Estados Unidos" y ponen en peligro la seguridad nacional y la estabilidad regional. Expresó su confianza en que la próxima administración respondería rápidamente para proteger las vidas estadounidenses y la soberanía ante lo que describió como las amenazas de "dictadores mezquinos y asesinos" como Maduro.
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Las declaraciones de Maduro han sido interpretadas como un desafío directo a la autoridad de EE. UU. sobre Puerto Rico, que ha sido un territorio estadounidense desde 1898 y actualmente es un Estado Libre Asociado con un estatus único. González-Colón destacó que un reciente plebiscito mostró un abrumador apoyo entre los puertorriqueños por permanecer integrados con los Estados Unidos, contrarrestando así los llamados de Maduro a la independencia.
La situación es particularmente sensible dada las implicaciones geopolíticas de tales amenazas y el contexto histórico de las relaciones entre EE. UU. y Venezuela.