El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, emitió este lunes un ultimátum a Hamás, advirtiendo que si no se liberan todos los rehenes estadounidenses antes de su toma de posesión en enero, "habrá un infierno que pagar" en Oriente Medio.
"Si los rehenes no son liberados antes del 20 de enero de 2025, cuando asuma con orgullo el cargo de presidente, habrá consecuencias severas para aquellos que perpetraron estas atrocidades contra la humanidad", publicó en su red social Truth Social.
Trump enfatizó que los responsables "sufrirán más que nadie en la larga historia de Estados Unidos" y urgió a liberar a los rehenes de inmediato.
Esta advertencia se produce tras la confirmación por parte del Ejército israelí sobre la muerte del rehén estadounidense-israelí Omer Neutra, uno de los cautivos desde el ataque de Hamás el 7 de octubre.
La situación ha intensificado la presión sobre el gobierno israelí, mientras las familias de los rehenes claman por acciones concretas para su liberación.
La transición presidencial en Estados Unidos
Los comentarios de Trump sobre la guerra en Medio Oriente llegaron en un momento clave, mientras que el presidente Joe Biden, principal aliado de Benjamin Netanyahu, continúa trabajando para lograr un alto el fuego que permitiera la liberación de los rehenes. Según Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, había declarado que "las partes aún no estaban allí" en las negociaciones para un acuerdo, pero que se seguían haciendo esfuerzos diplomáticos activos.
Sin embargo, no quedó claro cómo los comentarios de Trump encajarían en la transición presidencial, un período en el que el presidente electo no tiene poder ejecutivo formal hasta su toma de posesión dictada para el 20 de enero del año siguiente. Durante su campaña, Trump también había hablado de la posibilidad de actuar rápidamente para resolver la guerra en Ucrania y otros conflictos internacionales.
En la historia reciente, un momento similar ocurrió durante la presidencia de Jimmy Carter, cuando Irán liberó a los rehenes estadounidenses el 20 de enero de 1981, justo después de la toma de posesión de Ronald Reagan.