El huracán de categoría 4 Matthew, con vientos de más de 140 millas por hora (220 km/h), arremete contra las Bahamas y deja sentir sus efectos al sureste de Florida tras dejar al menos 264 muertos en Haití y destrucción en otros países del Caribe.
A última hora de hoy se prevé que lleguen vientos huracanados al condado Palm Beach, a 120 kilómetros al norte del de Miami Dade, mientras que este último enfrenta la amenaza de tormenta tropical hasta la medianoche.
En el condado Orange, en el centro de Florida, que alberga la ciudad de Orlando, las autoridades han decretado el toque de queda como medida de prevención.
Matthew es el primer huracán que se hace sentir en esta zona de la península floridana desde que en 2005 pasó Wilma, que causó un auténtico caos en Miami y su área metropolitana.
El oeste, el centro y el norte de Florida sí han sufrido desde entonces el embate de los ciclones, el último Hermine, a fines de agosto pasado, pero Miami y su área metropolitana se habían salvado hasta ahora.
Las autoridades del estado han hecho una intensa campaña de concienciación de los peligros de este huracán y de la necesidad de estar preparados para un impacto directo.
Según el Centro Nacional de Huracanes (CNH), el huracán, que posee vientos sostenidos de 140 millas por hora (220 km/h), se encuentra a 25 millas (40 kilómetros) al sursureste de Nassau, la capital de Bahamas, y a 100 millas (160 kilómetros) al este-sureste de West Palm Beach, en el sureste de Florida.
El centro meteorológico prevé que luego irá paralelo a la costa de Florida y podría tocar tierra en varios puntos de la península.
Antes de llegar a EE.UU., Matthew dejó al menos 264 muertos en Haití, según cifras del Gobierno isleño, que se suman a los cuatro en República Dominicana e importantes daños materiales en Cuba.
Su peligrosa fuerza llevó al presidente estadounidense, Barack Obama, a firmar hoy una declaración de emergencia para Florida, y el mensaje del gobernador, Rick Scott, fue: "evacúen, evacúen, evacúen".
La misma política ha aplicado la gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, quien ya el martes pidió a los residentes de este estado a una distancia de hasta 100 millas del mar (160 km) que se trasladasen a zonas más seguras, a pesar de que no se espera que Matthew se acerque al litoral de ese estado hasta el fin de semana.
Scott autorizó el despliegue de 1.000 miembros más de la Guardia Nacional, para un total de 3.500 efectivos, para ayudar en las tareas de salvamento, evacuaciones, búsqueda y rescate, y pidió a Obama recursos extra.
"Podemos llegar a tener una gran cantidad de inundaciones, especialmente en el noreste de Florida, y necesitaremos un equipo de bombeo adicional del Gobierno federal", reclamó Scott.
Más de 1,5 millones de floridanos residen en zonas consideradas de evacuación obligatoria o voluntaria, pero no hay cifras de cuántos efectivamente abandonaron sus hogares antes de la llegada de Matthew.
Salir en avión de la región se hizo difícil hoy pues en los cuatro aeropuertos principales de la zona, el de Miami, el de Fort Lauderdale, el de Orlando y el de Palm Beach, se canceló la mayoría de los vuelos de salida y de llegada desde por la mañana y los tres dejaron de operar a lo largo de la mañana y primera hora de la tarde.
De acuerdo con la web especializada FlightAware.com, al menos 2.690 vuelos han sido cancelados desde este miércoles y hasta el viernes debido a Matthew, aunque se prevé que ese número pueda aumentar según vaya avanzando el ciclón y se aproxime al norte de Florida, Georgia, Carolina del Sur y del Norte.
Miami comenzó el día con las escuelas cerradas y calles semivacías, aunque con ambiente de cierta normalidad, con gente haciendo las últimas compras y preparativos antes de la llegada del huracán.
Numerosos comercios decidieron abrir hasta el mediodía, hora en la que comenzó a llover con intensidad, aunque menos de lo esperado por los miamenses, que llenaron sus despensas y automóviles de víveres y combustible en previsión de los efectos devastadores de Matthew.
Para contrarrestar los posibles daños personales se han abriendo en todo el estado numerosos albergues y refugios a lo largo de la costa.
Scott indicó que en la mañana de hoy había más de 3.000 personas en los más de 60 refugios abiertos y que el gobierno regional puede ofrecer hasta 110.000 raciones de comida diarias a los afectados.
Pero muchos de ellos tendrán que pasar estas horas sin fluido eléctrico, pues la compañía Florida Power & Light Company (FPL), la principal suministradora de electricidad del sur de Florida, indicó hoy que 2,5 millones de clientes podrían tener interrupciones del servicio eléctrico, algunos de ellos de larga duración.
La empresa adelantó que recuperar el servicio "será difícil" y en algunas zonas tendrán que "reconstruir el sistema", aunque, para ello cuentan con más de 15.000 trabajadores listos para trabajar.
Con información de EFE