La gigante petrolera Chevron Corp ha tomado una audaz decisión al reiniciar la perforación en un campo prístino de la Faja del Orinoco en Venezuela.
El Político
Este movimiento busca incrementar la producción de crudo pesado en un 35%, alcanzando 250,000 barriles por día para el año 2025. Sin embargo, esta estrategia se desarrolla en un contexto delicado, ya que Washington amenaza con endurecer su control sobre el país sancionado.
Desde mediados de febrero, se han llevado a cabo trabajos en la zona de crudo pesado de la Faja del Orinoco. Esta área representa la mejor, y posiblemente la única, oportunidad a corto plazo para Chevron de aumentar la producción en Venezuela, dado que los otros dos campos operados por la compañía están a punto de declinar.
El plan de Chevron incluye la perforación de hasta 30 nuevos pozos hasta 2025. Se espera que este flujo adicional eleve la producción general en las tres empresas conjuntas de Chevron con la estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA). El objetivo es alcanzar una producción total de 250,000 barriles diarios, lo que permitiría enviar más suministro a Estados Unidos.
La licencia otorgada a Chevron por el Tesoro de Estados Unidos en 2022 respalda esta perforación. A pesar de los temores de posibles sanciones, especialmente cuando el presidente Nicolás Maduro ha dado marcha atrás en sus promesas de elecciones libres y justas, la licencia se considera una capa de protección tanto para Chevron como para sus proveedores venezolanos. A través de esta licencia, la petrolera tiene la oportunidad de aumentar la producción y continuar con las exportaciones a Estados Unidos, aunque se prohíbe la expansión hacia nuevos campos.
El campo donde se está llevando a cabo esta perforación es Petroindependencia, ubicado en los llanos de la Faja del Orinoco. Estas vastas reservas de petróleo extrapesado representan un recurso crucial. Se prevé que una segunda perforadora se despliegue en julio. A diferencia de otras áreas gestionadas por Chevron, Petroindependencia está poco desarrollado, y PDVSA ha proyectado una producción de hasta 400,000 barriles diarios a plena capacidad.
Aunque Chevron es la única supergigante occidental con autorización especial para explotar y exportar petróleo desde Venezuela, Washington ha insinuado que podría otorgar más autorizaciones en el futuro, considerando la escasez de la oferta mundial.