Ubicada entre la cordillera de los Andes y el océano Pacífico se encuentra la franja costera de Ecuador.
El Político
La región, que se extiende a lo largo y ancho de siete departamentos, es el centro neurálgico de la industria pesquera del país.
Desde los puertos que se alojan en la costa parten embarcaciones que se internan en altamar.
Los barcos y sus tripulaciones faenan, a diario, para darle caza a los atunes o las sardinas que pululan en las frías aguas oceánicas.
Otro producto que mantiene viva la pesca ecuatoriana son los camarones. De hecho, Ecuador es reconocido en el mundo por la exportación de estos crustáceos.
De acuerdo con registros de 2022, la industria camaronera de la nación andina produjo 7.300 millones de dólares durante el pasado año.
Tanto la cifra como la actividad que la produjo podrían estar, sin embargo, en peligro de extinción.
Productores y exportadores de camarón han denunciado las graves fallas de seguridad que enfrentan de manera frecuente.
Según José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA), los pescadores son víctimas diarias de piratas o ladrones de carretera.
En función de un conteo realizado por la propia CNA, de enero a agosto de 2023, sus asociados fueron víctimas de 64 delitos que incluyen, entre otros, robos violentos.
Los crímenes, dijo Camposano, suelen ser cometidos por malhechores que están mejor equipados y hasta “mejor armados que la policía”.
En ocasiones, los asaltantes se valen del uso de lanchas rápidas. Los criminales también han recurrido al secuestro de productores camaroneros para cobrar por su liberación.
Los robos también ocurren en tierra, cuando los camiones cava que trasladan los camarones son interceptados por delincuentes.
Desde que empezaron los incidentes, la CNA emprendió un rastreo que le ha permitido detectar “zonas rojas”.
La Cámara Nacional ha compartido su información con la policía y otras autoridades. Pese a ello, siguen existiendo áreas que son una “tierra de nadie”.