El Salvador ha pasado de ser la “capital mundial del crimen” a ser “referente de algo positivo” con su guerra contra las pandillas criminales, dijo el martes el mandatario Nayib Bukele en la tribuna de la asamblea general de la ONU.
El Político
“Muchos en el mundo están pendientes de lo que ocurre” en El Salvador, sobre todo “en América Latina, pero también en Estados Unidos y en otras partes”, dijo eufórico, porque el país centroamericano pasó de ser “literalmente el país más peligroso del mundo”, a ser el “más seguro” del continente, solo por detrás de Canadá.
Bukele, arropado por su esposa y su hija, no quiso dar ninguna fórmula. Dijo que los gobiernos “deben tomar sus propias decisiones y reafirmar sus derechos” y “utilizar el sentido común”.
Tras 4 años de gobierno, dijo, es la primera vez que en 202 años de historia, el país “más pequeño del continente americano ha dado grandes pasos para lograr su sueño de grandeza”.
Y esos sueños pasan por que las personas puedan caminar por las calles sin miedo, los niños jugar en los parques, convertir al país en destino turístico y capital del surf y que muchos emigrantes deseen volver, según explicó.
Las encuestas señalan que nueve de cada diez salvadoreños aprueban la cruzada de Bukele contra las pandillas que controlaban barrios, se financiaban con extorsiones, sicariato y tráfico de droga, lanzada en marzo de 2022.
En 17 meses, la medida, que permite detenciones sin orden judicial, cerca de 72.600 presuntos pandilleros han sido detenidos, para lo que hizo construir una megacárcel para más de 40.000 personas.
Ataques sistemáticos contra su gobierno
Su Gobierno sufrió "ataques sistemáticos" de "algunos países" por las "decisiones tomadas" para combatir la violencia en el país centroamericano.
Bukele habló sobre los "cambios" realizados en el país, como la sustitución del fiscal general y de magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) – cuyos procesos fueron cuestionados -, y aseguró que "fue en ese momento cuando comenzaron las condenas internacionales, algunos países, medios de comunicación, algunos expertos iniciaron ataques sistemáticos contra cada una de las decisiones que tomábamos".
El mandatario señaló que "personas que nunca usaron su poder e influencia para exigir seguridad para nuestra gente asesinada, de pronto estaban en contra de nuestras decisiones para detener la masacre".
Indicó que "países que nunca condenaron el asesinato de 30, 40 y hasta 50 salvadoreños por día, de pronto nos exigían explicaciones de por qué cambiamos al fiscal, a los magistrados o los jueces".
"¿No les parece absurdo que nos cuestionarán por eso?", expresó.
Bukele, que en 2024 buscará la reelección a pesar de señalamientos de que es inconstitucional, aseguró que "si los hubiéramos escuchado seguiríamos perdiendo miles de salvadoreños a manos de los terroristas. Gracias a Dios no les hicimos caso".
"Nos criticaron y condenaron por cada una de las decisiones que tomamos. Intelectuales, periodistas, políticos y organizaciones de todas partes se enfrascaron en un debate sobre lo que estábamos haciendo", apuntó y añadió: "hoy vengo a decirles, ese debate se acabó y que las decisiones que tomamos fueron acertadas".
Bukele aseguró que el país "ya no es la capital mundial de la muerte", sino que "hoy somos un referente de seguridad y nadie lo puede poner en duda, ahí están los resultados, son irrefutables", acotó.
Aseguró que su Gobierno está "construyendo más y mejores relaciones con países aliados que quieren ayudarnos a construir nuestro país, a construir nuestros sueños".
Además, sostuvo que "ningún país tiene el derecho de imponer sus ideas, de imponer sus formas de hacer las cosas, menos cuando estas formas ni siquiera funcionan en nuestros países".
"En cada una de las decisiones que hemos tomado, nosotros hemos reafirmado nuestro derecho legitimo a autogobernarnos, aunque eso hubiera significado equivocarnos (…) no solo reafirmamos nuestro derecho a tomar nuestras propias decisiones, sino nuestro derecho a tener la razón", agregó.
Con información de EFE