El presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Diego Padrón, duda de las intenciones del Ejecutivo al insistir en propiciar un acercamiento con la oposición. Afirma que el gobierno de Nicolás Maduro habla de diálogo para que el mundo y cierta población en Venezuela crean que es democrático. “Sin reconocimiento del derecho constitucional del pueblo al revocatorio no puede haber diálogo. Estoy convencido de que el gobierno no quiere un diálogo eficaz; es decir, que lleve a un cambio de situación. Pero ese acercamiento no es sincero mientras haya presos políticos, no se acepte el referéndum en el tiempo válido y la situación de carencia de medicinas y alimentos se mantenga como hoy”.
El también arzobispo de Cumaná, quien está en compromisos pastorales en Roma, señaló que un Ejecutivo con sordera ante las necesidades del pueblo no está en condiciones de sentarse a dialogar. “En las conversaciones con el Papa siempre está presente el tema de Venezuela”, afirmó.
Dijo que la Santa Sede tiene toda la disposición de participar como garante del diálogo, siempre y cuando el acercamiento entre las partes conduzca a resultados tangibles que se traduzcan en el bienestar de la población y que esos resultados sean garantizados por el gobierno de Maduro.
En agosto el Vaticano confirmó su disposición de ser intermediario en unas eventuales negociaciones. El cardenal Pietro Parolín, secretario de Estado del papa Francisco, informó mediante carta al secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, que la Iglesia accedía a intervenir en la crisis de Venezuela, y solicitó que el gobierno y la Mesa de la Unidad Democrática formalizaran la invitación.
Monseñor José Luis Azuaje, obispo de Barinas y primer vicepresidente de la CEV, recordó que el episcopado siempre ha llamado al diálogo como vía por seguir ante la crisis y como primera opción de la democracia. Sin embargo, indicó que el diálogo requiere de condiciones esenciales: “Ningún sector puede apropiarse o creerse el dueño del país. Deben estar al servicio del país los gobernantes y quienes les adversan. También tienen derecho de expresarse y ser oídos unos y otros. Se debe reconocer al otro en sus diferencias, dialogar con la verdad y llegar a puntos que determinen salidas democráticas y pacíficas que permitan el desarrollo integral de las personas”.
El obispo señaló que el objetivo del diálogo es que quienes tienen visiones distintas trabajen por conseguir salidas comunes para todos los venezolanos. “El que sufre es el pueblo. El pueblo quiere una salida a esta crisis que vivimos, así se quiera ocultar con propaganda”.
Indicó que luego de concretarse las peticiones y el contexto en el que se desarrollaría el diálogo, el Vaticano evaluará los mecanismos que se emplearán durante su participación. Ratificó el llamado de los obispos a que, en el marco constitucional, el CNE tramite el referéndum antes de que culmine 2016. “Si no hay tanta dilatoria, pudiera darse la oportunidad para la paz y la concordia y para que baje la tensión. El derecho al referéndum lo pide una gran parte de los ciudadanos, pudiera darse este año y que sea el soberano el que decida”.
Con información de El Nacional