El comercio o sector comercial venezolano trabaja con apenas un 30% de su capacidad instalada, según las cifras que presentó Conindustria.
El Político
Luigi Pisella, presidente Conindustria, advirtió que, al igual que en el sector comercio, registraron un decrecimiento.
Por qué es importante
"El sector que represento está utilizando apenas un 30% de la capacidad instalada para producir, que es muy poco. Nuestras industrias necesitan incentivos para aumentar la capacidad".
Acotó que un 33% del sector industrial pudo exportar por un esfuerzo extra de sus dueños y empleados.
Pisella explicó que el objetivo principal en los próximos años será concretar las reuniones con el Ejecutivo en hechos tangibles para aumentar el potencial.
Por su parte, Tiziana Polesel, presidente de Consecomercio, recalcó que el comercio presenta grandes diferencias entre el que está instalado en la capital y el que funciona en el interior del país: "aunque tienen un punto de encuentro en lo negativo de las ventas, que son las mismas del año pasado".
Voracidad fiscal
Aseguró Polesel, que en este trimestre se registraron cifras negativas por la voracidad fiscal que vive el país, "además de ilícitos, la buhonería y la falta de créditos".
"Hemos visto cadenas comerciales con 15 y 20 puntos de venta que se han reducido a los que tienen funcionado o ubicados en la capital o en algunas ciudades, la empresa no cierra, pero se disminuye la atención en algunas ciudades".
Explicó que estas desigualdades están atadas a la desatención de algunas zonas del país.
"Ese repunte del año pasado entusiasmó a parte del comercio a invertir, con recursos propios, para abastecerse un poco más de inventarios que no se movieron porque llegaron en la desaceleración, ahora se encuentran con deudas que generan preocupación."
Polesel indicó que la formalidad es un costo altísimo para el comercio venezolano, ya que este tiene como competidor al comercio informal que se nutre de productos que ingresan sin pagar los tributos correspondientes y no pasan por los controles de calidad, haciendo que pierde el consumidor porque no puede tener productos de calidad.
Destacó que se está poniendo contra la pared al comercio formal con la decisión de cerrar o pasar a la informalidad.
Por su parte, Asdrúbal Oliveros, economista y socio-directos de Ecoanalítica, aseguró que los gremios deben denunciar las prácticas que no contribuyen al buen desenvolvimiento de la dinámica económica y la empresa en Venezuela.
Explicó que la labor de los gremios es generar debate en los temas que interesan al sector privado y contribuyen con el país.
Oliveros advirtió que el comercio está en una situación crítica, especialmente luego del respiro que tuvo la economía venezolana en 2022, insitiendo en que los números de crecimiento ahora están muy desacelerados.
Conclusión en tres partes
Destacó que la dinámica económica en Venezuela tiene diferencia en tres niveles;
Primero en la perspectiva de los sectores; resaltando que algunos sectores responden a los cambios, mientras que otros sigue en condiciones muy precarias.
Señaló que la segunda diferencia es regional, explicando que no es lo mismo la región central, y que estas dinámicas de crisis en los servicios públicos se acentúan más en el interior del país
"La tercera es la desigualdad social, entre el que tiene ingreso permanente en dólares y un empleado público que gana en bolívares, su capacidad de consumo es distinta; muy distinta y preocupante."