Un nuevo asesinato político ensombreció el final de la campaña para las elecciones municipales que se celebrarán el próximo domingo en Brasil y obligó a reforzar la seguridad mientras el máximo tribunal electoral pidió este jueves una investigación en profundidad de las atentados contra los candidatos.
El número de políticos asesinados en los últimos meses supera la veintena tras la muerte de José Gomes da Rocha, exalcalde y aspirante de nuevo a la alcaldía de Itumbiara, en Goiás (centro del país), tiroteado el pasado miércoles en la noche durante un acto electoral.
En el ataque, perpetrado por un funcionario público que fue abatido por los escoltas del candidato, también murió uno de sus guardaespaldas y resultó herido el vicegobernador del estado.
Tras el asesinato, el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Gilmar Mendes, insistió en pedir al ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, que instruya a la policía para que se investiguen en profundidad los crímenes políticos.
"Pedimos a la policía federal que actúe en la investigación de estos incidentes que repercuten o pueden afectar al proceso electoral", dijo Mendes.
Además, el Gobierno brasileño anunció este jueves que reforzará la seguridad con más de 20.000 miembros del Ejército y la policía que, en su mayoría, se destinarán a Río de Janeiro, al noreste del país y la Amazonía, para garantizar el desarrollo de la jornada electoral, el próximo domingo.
La muerte de Gomes da Rocha se suma a una larga lista de asesinatos y atentados contra candidatos en todo el país.
El pasado miércoles, apenas horas antes del asesinato de Gomes da Rocha, un candidato a concejal fue herido de gravedad y su padre murió tras ser tiroteados por un supuesto asaltante cuando participaban en un acto electoral en Cuiabá, la capital de Mato Grosso (oeste).
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En la madrugada de este jueves, el candidato a alcalde de un municipio de Bahía resultó herido en un accidente cuando intentaba esquivar disparos contra su coche.
El pasado lunes, Marcos Vieira de Souza, candidato a concejal y presidente de la escuela de samba de Portela, una de las más tradicionales del carnaval de Río de Janeiro, fue asesinado por pistoleros, con quince tiros de fusil, en su comité de campaña en pleno día.
Muchos candidatos a alcaldías incluso de pequeñas ciudades del país hacen campaña en autos blindados y decenas han admitido a medios locales haber recibido amenazas de muerte.
El grueso de los asesinatos de candidatos ha ocurrido en el estado de Río de Janeiro, en especial en la Baixada Fluminense, una de las zonas de actuación de las llamadas "milicias", como se conoce a los grupos vinculados con expolicías o policías en activo que comenzaron a actuar en la lucha contra el narcotráfico al margen de la ley y se convirtieron en bandas paramilitares que se nutren del crimen organizado y la extorsión.
La influencia de las milicias en el proceso electoral ha sido denunciada incluso por el presidente del TSE, por políticos y por analistas.
Gilmar Mendes admitió este jueves que en Río de Janeiro "la situación es más complicada por la presencia de las milicias y el narcotráfico".
Según el diario Globo, las milicias llegan a cobrar miles de dólares a los candidatos por dejarles desarrollar actividades electorales en sus zonas de control.
Unos 144 millones de brasileños están llamados a las urnas el domingo para renovar sus alcaldías y los concejos municipales.
Cerca de 475.000 candidatos de más de 35 partidos optan a alcaldías, vicealcaldías y concejalías en 5.568 municipios de todo el país, con excepción de la capital, Brasilia, que por su condición de distrito federal no tiene alcalde sino gobernador, y de la isla de Fernando de Noronha, que depende de la ciudad de Recife.
Con información de EFE