El difícil escenario mundial de las migraciones está, por primera vez en la historia, en manos de una mujer. Amy Pope, una estadounidense de 49 años, se convirtio este lunes 15 de mayo en la primera mujer electa para el cargo de directora general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), adscrita a la Organización de Naciones Unidas. Aunque formalmente asumirá sus nuevas tareas el 1° de octubre, lo cierto es que ya conoce plenamente su área de trabajo.
El Político
Entre las principales tareas de la Organización Internacional para las Migraciones está actuar como una entidad de ayuda humanitaria en situaciones de crisis. También le compete trabajar en función de que el fenómeno migratorio se aborde desde una perspectiva humana y se gestione de forma ordenada.
Estas tareas no son pocas, en un escenario mundial en el que cada día hay millones que abandonan sus países de origen para irse a vivir al extranjero. Guerras, hambrunas y regímenes opresores son parte de los motivos para ese enorme desplazamiento.
Humbled and honored to be chosen as the next Director General of @UNmigration. I am ready to work with ALL our member states and global partners to unleash the opportunities provided by effective, orderly and humane migration. ?︎ pic.twitter.com/cTpfjjlKHp
— Amy Pope (@AmyEPope) May 15, 2023
La experiencia habla por ella
Pero nada de eso sorprende a Amy Pope quien ya tiene experiencia. El 31 de mayo de 2021, fue nombrada Directora General Adjunta de Gestión y Reforma de la OIM, donde se mantuvo hasta la elección para asumir la dirección en la que resultó triunfadora.
La propia página de la OIM se refiere a ella en términos laudatorios. La describen como "una líder con espíritu transformador en materia de política migratoria internacional". Al mismo tiempo destacan sus amplios conocimientos técnicos sobre los retos migratorios. Eso incluye su experiencia en la gestión de presupuestos y de operaciones de grandes dimensiones. Otro elemento ampliamente valorado es su capacidad para traducir las políticas relacionadas con los grandes flujos humanos en medidas prácticas.
Antes de llegar a la organización, tuvo destacados roles, muy cercanos a los presidentes de Estados Unidos. En 2021 fue Asesora Principal del Presidente Joe Biden en materia de migración. Igualmente, durante la presidencia de Barack Obama ejerció el rol de Asistente Especial del Presidente y Directora Principal de Seguridad Transfronteriza. A ella se le atribuye el hecho de ocuparse, en la Casa Blanca, de elaborar y aplicar estrategias integrales para gestionar los repuntes migratorios y luchar contra la trata de personas.
No todo es color de rosa
Aunque nadie pone en duda las credenciales y la experiencia de Pope para el rol que le tocará desempeñar durante 5 años al frente de la Organización Internacional para las Migraciones, ha habido voces críticas a su elección. Los señalamientos han surgido por la forma en la que, según algunos, el gobierno estadounidense ejerció presión para lograr ganar la elección.
Su predecesor en el cargo es el portugués António Vitorino, quien contaba con el apoyo de la Unión Europea para reelegirse, pero no consiguió respaldo suficiente. Eso causó sorpresa pues usualmente los directores generales son reelectos por aclamación. Es casi un acuerdo tácito.
No es el qué sino el cómo
Pope obtuvo una muy amplia ventaja y resultó ganadora de la votación secreta en la que participaron 175 países miembros de la OIM en Ginebra. No hay nada que arroje sombra de dudas.
Sin embargo, los críticos señalaron que el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, hizo una abierta campaña a favor de su candidata. Esa manera de actuar se interpretó como ventajismo por parte de algunos. También hirió algunas susceptibilidades al decir que Pope vendría a revitalizar la organización que trabaja por los migrantes. Eso se interpretó como un desconocimiento a la labor de Vitorino, cuya gestión obtuvo muchos elogios diplomáticos.
Una enorme tarea por delante
Lo cierto del caso es que Amy Pope, tras convertirse en pionera al asumir el importante cargo, tiene por delante el desafío que representa el fenómeno migratorio a escala mundial. También le tocará lidiar con una organización que tiene aproximadamente 19.000 empleados y oficinas en 171 países.