La carne producida a partir de células cultivadas podría ser 25 veces peor para el clima que la carne de vacuno normal, a menos que los científicos encuentren la manera de revisar los pasos de su producción, que consumen mucha energía.
El Político
La carne de laboratorio o "cultivada" se obtiene haciendo crecer células madre animales alrededor de un andamiaje en un caldo rico en nutrientes, reportó NewsCientist.
Se ha propuesto como una alternativa más amable y ecológica a la carne tradicional porque utiliza menos tierra, piensos, agua y antibióticos que la ganadería y elimina la necesidad de criar y sacrificar ganado.
Diseñar y producir alimentos de forma artificial puede ser un alternativa para mantener el modelo alimentario. Sin embargo, la viabilidad de la producción de carne de laboratorio depende en gran medida del origen de la energía que necesita y de la cantidad de recursos de todo tipo que requiere para su producción, inversión y personal, y por el consumo de electricidad.
En este sentido, una investigación publicada en la revista Frontiers asegura que, mientras la ganadería tradicional está relacionada con la emisión de gases de efecto invernadero, las emisiones de la “carne cultivada” son por completo dióxido de carbono cuando la energía procede de fuentes no renovables.
Lab-grown meat could be 25 times worse for the climate than regular beef unless scientists find ways to overhaul energy-intensive steps in its production https://t.co/WhkQV8lhPo
— New Scientist (@newscientist) May 9, 2023
¿Qué es la carne de laboratorio?
En contexto
Con el aumento de la popularidad de la carne cultivada en laboratorio, a los científicos les preocupa que, debido a que requieren tanta energía para ser creadas, estas “carnes limpias” podrían liberar más emisiones que la carne de res cultivada tradicionalmente.
No obstante, hace más de dos años un grupo de investigadores de Oxford Martin School argumentó que cuando los estudios anteriores analizaron las emisiones del ganado, no tuvieron en cuenta cómo los diferentes tipos de emisiones afectarían la atmósfera.
Por ejemplo, mientras que el metano, que es el gas que más emiten las vacas, tiene un impacto de calentamiento mucho mayor que el dióxido de carbono, el metano solo permanece en la atmósfera durante 12 años. El CO2 permanece mucho más tiempo.
Así pues, analizaron las implicaciones climáticas a largo plazo de la carne cultivada frente a la carne de ganado.
Los científicos dicen que los estudios anteriores habían tendido a observar las diversas emisiones del ganado y convertirlas todas en su equivalente de dióxido de carbono.
El equipo afirmó que esto no da una imagen completa. En cambio, su modelo climático descubrió que, en algunas circunstancias y a muy largo plazo, la fabricación de carne de laboratorio puede provocar un mayor calentamiento.
En conclusión
Estas células crecen in vitro en un medio sintético controlado que imitaría el cuerpo del animal. Así se forman tejidos musculares. No hace falta ningún tipo de manipulación genética de esas células para que se repliquen. Simplemente, se las deja multiplicarse de forma natural, tal como crecería un músculo dentro del animal.
El siguiente paso —en el que se está trabajando en este momento— es lograr escalarlo, lo que significa conseguir una producción masiva para abaratar costes y que se pueda vender sin ser un producto de lujo.
Esto se debe a que las emisiones del laboratorio están relacionadas con la producción de energía, que está compuesta casi en su totalidad por dióxido de carbono, que persiste en la atmósfera durante cientos de años.
Esto ha llevado a los expertos de la industria a afirmar que las emisiones para crear carne cultivada en laboratorio, que es casi en su totalidad dióxido de carbono, tendrán una contribución mucho mayor al cambio climático que la producción tradicional de carne.