La purga que lleva adelante Nicolás Maduro en su gabinete comenzó con la salida de Asdrúbal Chávez de la presidencia de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y del coronel (Ej), Antonio Pérez Suárez, vicepresidente de Comercio y Suministro de Calidad de la empresa petrolera, y persona cercana a su compañera sentimental, de Cilia Flores.
El Político
Meses después hay una segunda "sacudida". Esta involucró a Joselit Ramírez Camacho, jefe de la Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas (Sunacrip), e incluye la renuncia de Tareck El Aissami, quien de manera cobarde anunció a traves de su cuenta en Twitter, que dejaba el cargo ministerial.
Con la salida de El Aissami terminan dos décadas de "servicio militante." Entregó una carpeta al Ministerio Público durante una auditoría de larga data de los contratos de PDVSA, de un total de 25.270 millones de dólares en exportaciones de petróleo entre enero de 2020 y este mes.
PDVSA sólo pudo confirmar la recepción de 4.080 millones de dólares en pagos excluyendo algunos canjes como el realizado con Cuba, lo que significa que sólo ha cobrado con éxito el 16% de las exportaciones.
Por qué es importante
Con esto no vaya a pensar que Nicolás Maduro Moros se ha transformado en Zar anticorrupción. Se perdió una enorme cantidad de dinero, que, se supone, debe ir para la campaña electoral; dinero del mercado cripto que lo afecta a él, y, según sus allegados, va a ir hasta las últimas consecuencias afectando, incluso, a su familia.
Maduro, no esperó 24 horas para sustituir al defenestrado abogado criminalista. llamó al cargo a otro militar, el coronel Pedro Tellechea, quien se desempeñaba como presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA) y de la Petroquímica Venezolana (Pequiven).
La práctica de combinar los cargos de presidente de Pdvsa y ministro del petróleo en una sola persona comenzó con Rafael Ramírez, convertido por tanto en "zar del petróleo" como fue llamado.
Ahora con Pedro Tellechea se incrementa el poder burocrático, pues el coronel, de los últimos en su promoción, concentra tres cargos muy importantes en la industria que da de comer al Estado venezolano.
Conclusión
Para personas ligadas al ámbito petrolero, y además, conocedores del tema como Humberto Calderón Berti, "es pernicioso, a todas luces, la unificación de estos dos cargos, que por sus características son antípodas, pues se trata del supervisor y supervisado, del contralor y controlado, de quien define políticas y quien las ejecuta; es decir, quien se paga y a su vez se da el vuelto".
Y en estos momentos tan bochornosos, quien quita que no esté relacionado con este nuevo desfalco a la Nación, como la revelación interna de la enorme cantidad de ventas impagadas, alrededor del 84% del valor total de los envíos facturados de PDVSA.
La magnitud de las cuentas por cobrar explica la congelación en enero de los contratos de suministro por parte del nuevo jefe de PDVSA, Pedro Tellechea, que trató de detener los cargamentos impagados inmediatamente después de asumir el cargo.
Los 21.200 millones de dólares en cuentas comerciales por cobrar incluyen unos 3.600 millones de dólares de facturas potencialmente irrecuperables vinculadas a petroleros que salieron del país sin pagar por adelantado al menos una parte del valor de los cargamentos, a pesar de que los clientes habían aceptado esas condiciones, según los documentos.