China realizó una jugada maestra para arrebatarle el presunto predomino de los Estados Unidos sobre el Medio Oriente.
El Político
CNN lo catalogó como una "grandiosa floritura diplomática". Y es que el país asiático ha decidido negociar un acercamiento entre Arabia Saudita e Irán.
Y es que al parecer Estados Unidos está pagando el limintar el suministro de armas y enfriar las relaciones, algo que aprovechó el líder chino Xi Jinping, para hacerse de aliado del príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman.
Dispuestos a correr riesgos
Ambos son audaces, asertivos, dispuestos a correr riesgos y aparentemente comparten ambiciones insatisfechas.
El anuncio del viernes de que Riyadh y Teherán habían renovado los lazos diplomáticos fue inesperado, pero no debería haberlo sido. Es la acumulación lógica de las limitaciones diplomáticas de Estados Unidos y la creciente búsqueda de China para dar forma al mundo en su órbita.
La afirmación de Beijing de que “China no persigue ningún interés egoísta en Oriente Medio” suena hueca. Compra más petróleo de Arabia Saudita que cualquier otro país del mundo.
Xi necesita energía para hacer crecer la economía de China, garantizar la estabilidad en el país e impulsar su ascenso como potencia mundial.
Su otro proveedor principal, Rusia, está en guerra, por lo que sus suministros están en duda. Al reducir las tensiones entre Arabia Saudita e Irán, Xi no solo está apuntalando sus alternativas energéticas sino que, en un clima de creciente tensión con EE. UU., también evita posibles restricciones a su acceso al petróleo del Golfo.
La motivación
La motivación de Xi parece estar impulsada por intereses más amplios, pero aun así el Departamento de Estado de EE. UU. acogió con satisfacción la medida sorpresiva, y el portavoz Ned Price dijo: “Apoyamos cualquier cosa que sirva para reducir las tensiones en la región y potencialmente ayudar a prevenir conflictos”.
Irán tiene aceptación porque China tiene influencia económica. En 2021, la pareja firmó un acuerdo comercial por valor de hasta $ 400 mil millones de inversión china durante 25 años, a cambio de un suministro constante de petróleo iraní.
En conclusión
Teherán está aislado por las sanciones internacionales y Beijing está brindando un atisbo de alivio financiero.
Y, en palabras del líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, el año pasado, también existe la esperanza de que vengan más, ya que ve que el poder geopolítico se desplaza hacia el este.
“Asia se convertirá en el centro del conocimiento, el centro de la economía, así como el centro del poder político y el centro del poder militar”, dijo Khamenei.
Arabia Saudita está de acuerdo porque la guerra con Irán destrozaría su economía y arruinaría el juego de MBS por el dominio regional. Sus visiones audaces para el futuro del país posterior a los combustibles fósiles y la estabilidad interna dependen de la inversión interna de los ingresos sólidos del petróleo y el gas.
Fuente: CNN