La administración de Joe Biden, presidente de Estados Unidos, ha aprobado este lunes el polémico proyecto de extracción de petróleo Willow en el estado de Alaska.
El Político
La petrolera ConocoPhillips, con sede en Houston, tendrá la concesión de explotación del combustible fósil. La decisión ha sido criticada por la ONU y por distintos grupos ecologistas.
El proyecto estará ubicado en un área inalterada en la costa norte de Alaska, en tierras públicas del Gobierno federal, a unos 320 kilómetros al norte del círculo polar ártico.
Se trata de una zona rica en biodiversidad y uno de los lugares menos explorados de Estados Unidos.
Polémica en EEUU por aprobación a ConocoPhillips en Alaska
El gobierno americano permitirá que ConocoPhillips empiece a extraer petróleo en tres zonas. La empresa había pedido iniciar labores de perforación en otros dos puntos, pero el ejecutivo ha aplazado su decisión al respecto, según figura en el informe de aprobación. La compañía tiene los contratos de arrendamiento en la Reserva Nacional de Petróleo de Alaska desde 1999.
La administración del expresidente Donald Trump aprobó el proyecto Willow en 2020. Pero la jueza del Tribunal de Distrito de Alaska, Sharon Gleason, lo bloqueó un año después con el argumento de que su análisis de impacto ambiental era defectuoso.
«Tenemos algunas preguntas serias sobre si esta decisión realmente cumple con la orden de la corte de agosto de 2021», ha declarado a El País Bridget Psarianos, abogada de Trustees for Alaska.
Crearán 250.000 puestos
ConocoPhillips ha anunciado que esa base podría producir 180.000 barriles de petróleo al día. La empresa asegura que se crearán 250.000 puestos de trabajos en su fase de construcción y otros 300 empleos permanentes cuando esté en funcionamiento.
Willow generará «entre 8.000 y 17.000 millones de dólares en ingresos a través de los impuestos para el Gobierno federal, el estado de Alaska y los gobiernos locales de la zona», afirma la petrolera en su página web.
Las Naciones Unidas ha instado en repetidas ocasiones a los Estados a acelerar la transición y dejar de extraer y consumir los combustibles fósiles responsables en gran medida de las emisiones de CO2. «Estos no son proyectos que nos muevan en la dirección correcta», ha manifestado el portavoz Stephane Dujarric en relación al proyecto Willow.
Willow, un ‘desastre de carbono’ en Alaska
Distintos grupos ecologistas se oponen al proyecto Willow por su posible impacto en los ecosistemas y en los patrones migratorios de los animales.
«El proyecto tendrá impactos devastadores en toda la región del Ártico occidental, lo que supondría graves amenazas para la salud, el medio ambiente y la seguridad alimentaria de las comunidades nativas de Alaska», asegura Greenpeace.
En 2021, un informe del Consejo Ártico alertaba de una drástica caída en las poblaciones de renos y aves de la tundra a causa del cambio climático.
Willow puede suponer la emisión de unas 239 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero durante los 30 años de vida útil del proyecto, según afirman 20 de organizaciones, entre ellas Alaska Wilderness League, en un comunicado conjunto.