El deflactor de consumo privado o PCE en Estados Unidos subió en enero hasta el 5,4% en la tasa interanual, tras cerrar diciembre en el 5,3%, según los datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Comercio estadounidense.
El Político
En cuanto a la inflación subyacente, ha trepado hasta el 4,7%, una décima por encima del registro de diciembre.
Este aumento de la inflación PCE, uno de los indicadores seguidos más de cerca por la Reserva Federal, ha sorprendido al mercado, que esperaba una caída hasta el 4,9% en el índice general y un descenso hasta el 4,3% en el caso de la subyacente.
En términos mensuales, el avance ha sido del 0,6% para el índice general, que venía de crecer al 0,2% en diciembre, mientras que el consenso esperaba una aceleración hasta el 0,5%.
El mismo aumento mensual ha registrado la tasa subyacente, también por encima del registro anterior (0,4%) y de las expectativas de mercado (0,4%).
Los precios de los bienes y servicios también aumentaron un 0,6 %, mientras que el índice de alimentos subió un 0,4%, frente al avance del 0,2% en el coste de la energía.
En términos anuales, los precios de los bienes aumentaron un 4,7%, por debajo del alza del 5,7% registrada en lo servicios.
Los precios de los alimentos subieron un 11,1% y la energía escaló un 9,6% en los últimos 12 meses.
En lo que respecta a los ingresos personales, aumentaron un 0,6% en enero (+131.100 millones de dólares). Además, el ingreso personal disponible creció un 2% (+387.400 millones), mientras que el gasto de consumo personal aumentó un 1,8% (+312.500 millones).
¿Por qué es importante?
El aumento de los ingresos personales en enero estuvo liderado por un incremento en las remuneraciones, reflejando los sueldos y salarios privados tanto en las industrias prestadoras de servicios como en las productoras de bienes.
Los beneficios sociales del Gobierno disminuyeron en enero, reflejando una disminución en “otros” beneficios que fue parcialmente compensado por un aumento en la Seguridad Social.
En cuanto al aumento del gasto de consumo, reflejó aumentos de 62.200 millones en gastos de bienes y de 150.200 millones en servicios.
Dentro de los bienes, el aumento fue generalizado y encabezado por los vehículos automotores y sus repuestos, así como por "otros" bienes no duraderos (encabezados por los productos farmacéuticos).
Dentro de los servicios, el mayor contribuyente al aumento fue el gasto en servicios de alimentación.