Según El País, la mayor traición que ha sufrido Gustavo Petro en los últimos tiempos ha sido la de Piedad Córdoba, quien terminó triste, sola y abandonada.
El Político
El candidato a la Presidencia, en contra de los consejos de sus asesores, incluyó a Córdoba en las listas del Pacto Histórico al Senado como una manera de restaurar su nombre.
Marginada y aislada, ha drenado se frustración públicamente profiriendo insultos contra los dos principales aliados y operadores políticos de Petro, el presidente del Congreso colombiano Roy Barreras y el embajador de ese país en Venezuela Armando Benedetti, reportó AlNavio.
Calificó al embajador Benedetti como “un imbécil descerebrado” y aseguró que Barreras “es desafortunadamente el presidente del Senado”. Resumió sus sentimientos hacia ambos afirmando que eran un par de “ratas”.
Sin embargo, aclaró que "en el Pacto Histórico hay gente muy buena, extraordinaria, maravillosa, gente con expectativas, que quiere otro país. Lo que pasa es que estamos envueltos en gentes como Roy Barreras y Armando Benedetti, que tienen otras apuestas. Han estado en todos los partidos, pero de derecha. Nosotros somos gente comprometida, promisoria, queriendo cambiar este país".
¿Por qué es importante?
En una entrevista que difundió hace pocos días la revista Semana dijo que entrar al Pacto Histórico (la coalición gobernante) fue “una ventana al infierno” desde donde la han maltratado y perseguido.
El distanciamiento entre Petro y Piedad Córdoba comenzó, o al menos se hizo público, hace exactamente un año. El 3 de febrero de 2022 Álvaro Córdoba Ruiz, hermano de la senadora, fue detenido, junto a otras dos personas-Libia Amanda Palacio y Alberto Alonso Jaramillo- en un exclusivo sector de Medellín, requeridos por la Justicia de Estados Unidos por cargos relacionados al envío de grandes cantidades de estupefacientes hacia ese país, así como asociación para delinquir, posesión y tráfico de armas de fuego y explosivos.
Según la investigación, a Álvaro Córdoba se le venía siguiendo “desde al menos julio de 2021” y era parte de una organización criminal con ramificaciones en países como Venezuela y México.
La respuesta de la entonces candidata al Senado por el Pacto Histórico (la coalición de izquierda) fue inmediata; aseguró que la detención de su hermano era parte de una “persecución” en contra de ella y de su familia por su vuelta a la política. “Que se muestren las pruebas que soportan este nuevo montaje judicial”, fue su reto.
Con Petro punteando en todas las encuestas el caso del hermano de Piedad Córdoba prometía convertirse en uno de los temas de la guerra sucia en plena campaña electoral.
En contexto
Petro margina a Piedad Córdoba. En las elecciones parlamentarias de marzo (antes de la primera vuelta de las presidenciales) fue reelegida senadora. Y al mes siguiente ocurrió un giro sorpresivo (aunque no inesperado) en la trama: Petro decidió marginarla de la campaña y públicamente le pidió que se hiciera a un lado mientras solucionaba sus problemas judiciales.
Porque, además del tema de su hermano, ella ya venía arrastrando varias causas e investigaciones en su contra por parte de la Justicia colombiana, una de la cuales la vinculaba con Álex Saab. Esta fue la excusa que usó el candidato presidencial del Pacto Histórico para justificar su decisión por medio de un mensaje en Twitter.
De modo que Petro hizo lo que cualquier aspirante presidencial favorito en los sondeos de opinión pública haría; si mi aliada no me conviene la pongo a un lado.
Lo cierto es que probablemente la senadora Piedad Córdoba, la más chavista de todos los dirigentes de la izquierda colombiana, sea hoy la persona más arrepentida de haber contribuido a llevar a Gustavo Petro a la Presidencia de Colombia.
Una advertencia
Cuatro horas después de defenestrar sin piedad a Córdoba lanzó otro tuit acusando a “algunos de los generales” de estar en la nómina del Clan del Golfo. Esto a propósito de conocerse la emboscada que esa organización criminal había efectuado contra una unidad militar, en la cual asesinó a seis soldados y dejó heridos a otros cinco.
El general Eduardo Enrique Zapateiro, comandante del Ejército Nacional, mordió el anzuelo y también le respondió por Twitter. El tema del hermano de Piedad Córdoba se olvidó por unos días, pero sólo por unos días.
Ese mes de mayo (2022) ella misma fue retenida en un aeropuerto de Honduras por transportar más de 68 mil dólares sin declarar. Nuevamente se puso en el ojo de huracán y comenzó a correrse el rumor de que ella podría ser objeto de una solicitud de extradición de parte de Estados Unidos por sus nexos con Álex Saab.
Como la izquierda colombiana siempre fue crítica con este procedimiento ese fue un tema que sazonó todavía más el candente debate electoral.
Sin embargo, Petro esta vez no retrocedió sino que subió la apuesta. La periodista hispano-colombiana Salud Hernández-Mora recordó por estos días la “respuesta fría, contundente, al preguntarle si extraditaría a Piedad Córdoba”.
“’Sí’, respondió a secas».
Entre líneas
Pero si alguien dentro o fuera de Colombia pensó que la elección de Petro como presidente de ese país serviría como manto de impunidad para el hermano de Piedad Córdoba y para ella misma, pues se equivocó.
En noviembre del año pasado el mandatario no dudó en autorizar la extradición de Álvaro Córdoba, y el pasado jueves de 19 de enero funcionarios colombianos lo trasladaron desde la cárcel La Picota, en Bogotá, al aeropuerto militar Catam donde lo entregaron a sus pares de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) para su extradición rumbo al Distrito Sur de Nueva York.
Hay que recordar el inicio del fin de la carrera delictiva de Córdoba ocurrió en agosto de 2021, cuando él un cómplice suyo, que también se encuentra detenido, se reunieron sin saberlo con un agente encubierto de la DEA.
En dicho encuentro, que quedó grabado, Córdoba Ruíz se mostraba alegre por la posibilidad de movilizar 3.000 kilogramos de cocaína por mes, entre Colombia, México y Estados Unidos, teniendo como destino final la ciudad de Nueva York.
Pese a su ideologizada retórica y creciente afición por usar su cuenta de Twitter para pelearse hasta con usuarios comunes y corrientes, en las extradiciones, como en otros temas, Petro se ha comportado hasta ahora como los anteriores presidentes colombianos.
¿Qué se puede esperar?
A Piedad Córdoba se le va cerrando el cerco a su alrededor. Por “casualidad” los medios colombianos, en particular la revista Semana, van revelando más de sus nexos con la antiguas FARC, mientras se hace más que evidente la ausencia de solidaridad por parte de sus compañeros de ruta del Pacto Histórico, muy atareados en las dificultades y tropiezos propios de las responsabilidades de gobernar.
Salud Hernández-Mora publicó un artículo de opinión en Semana, en el que plantea lo siguiente: "No dude Piedad que, tarde o temprano, seguirá los pasos de Álvaro. Solo la salva que Maduro exija a su nuevo mejor amigo que no la envíe a USA si la solicitan por sus nexos con Álex Saab".
La columnista agrega lo siguiente: ¿A qué juega Petro? ¿Quién entiende sus decisiones? ¿Cómo explica extraditar al hermano de Piedad Córdoba mientras permite a las Farc-EP, supuestos cómplices de Álvaro Córdoba, traficar sin obstáculos? ¿Tanto odia a la senadora? ¿O quiere mandar el mensaje de que quien lo rete la lleva?