Latinoamérica cuenta con una población que supera los 342 millones de usuarios de smartphones, desde donde se realizaron la mitad de todas las ventas online en 2022, por un valor aproximado de 76.000 millones de dólares[1].
El Político
Estas cifras, en opinión de Mariflor Alice, directora regional de Pagos de BPC es la prueba que internet se transformó en una herramienta disruptiva que permite acercar las necesidades financieras de manera específica para los diferentes sectores de la población, eliminando barreras como la ubicación geográfica, el ingreso a servicios de banca formal o los altos costos operativos”.
BPC, firma de pagos globales, asegura que existen seis proyecciones que se impondrán para el próximo año en los servicios financieros:
- Banca Abierta: Tiene como base la innovación digital y promueve un ecosistema de servicios financieros cada vez más amplio, en donde la banca tradicional, neobancos, fintechs y comercios se esfuerzan por crear experiencias integradas para sus clientes. América Latina cuenta con una población mayoritariamente joven, nativa de las nuevas tecnologías y lejana de los servicios financieros convencionales.
- Normativa Fintech: Este tipo de acuerdos sirven para potenciar y organizar a todo el ecosistema financiero, además de establecer un marco regulatorio para los servicios financieros con una base tecnológica. Hoy, las fintechs representan el 22.6% de las 11 mil empresas de tecnología financiera que existen a nivel mundial según datos del Índice Global de Tecnología Financiera[2].
“Brasil, México y recientemente Chile y Colombia adelantan modelos de Ley Fintech que son un estímulo para la creación de servicios y productos financieros y su vez, protege y garantiza la prestación de servicio de cara a los usuarios. Durante el próximo año veremos cómo la región consolida este tipo de legislaciones y reafirma la oportunidad que hay en la industria para la creación y llegada de nuevas soluciones y jugadores”, explica Mariflor Alice.
- Pagos instantáneos: Durante el 2023, será una de las grandes tendencias de la industria; su potencial radica en la capacidad para integrar los pagos con datos inteligentes, habilitando los servicios sin la necesidad que un comercio dependa de una terminal de venta (POS) para realizar sus operaciones o que una persona tenga que esperar tres días para que se haga efectiva una transferencia interbancaria. JP Morgan[3] estima que el mercado de pagos instantáneos crecerá un 470% a nivel global para los próximos cinco años.
- Renovación de los sistemas legados: América Latina tiene una población de más de 660 millones de personas y de los cuales el 50% de sus habitantes aún están excluidos de las instituciones financieras tradicionales. La aplicación de la tecnología hace posible la implementación de soluciones modernas como: procesamiento de pagos, emisión de tarjetas, servicios de adquirencia, pasarelas de pago, gestión del fraude, switch transaccional y front-end de forma integrada y fáciles de llevar a cabo.
- Software as a Service: Para las fintech, los neobancos y las startups especialmente es importante la adopción de la Nube en sus modelos, porque las personas cada vez más esperan un servicio ágil y accesible desde cualquier dispositivo y esto solo se consigue adoptando tecnologías como en La Nube. Gracias a la flexibilidad proporcionada por la tecnología, las empresas del sector financiero escalan sus soluciones sin problema y tiene a su vez, la capacidad para el desarrollo de nuevos productos disminuyendo el tiempo en salir al mercado.
- Soluciones antifraude: Durante el próximo año, el ecosistema financiero apostará por la modernización de su infraestructura que permita ofrecer métodos de pago capaces de mitigar el riesgo de fraude. Analizar cada transacción en tiempo real será una necesidad para así ofrecer un modelo seguro y que transmita confianza dentro de la población. Al incorporar mecanismos de automatización y analítica para la validación de la identidad de los usuarios ayudará a las entidades financieras a entender cómo se comportan productos como cuenta de ahorros, tarjetas de crédito, préstamos y pagos a otras entidades. Proteger los diferentes canales de pago en tiempo real y hacer perfiles estadísticos de tarjetas, terminales, comercios o dispositivos será una de las prioridades para los próximos meses.