El expresidente brasileño Jair Bolsonaro se desvinculó de los graves sucesos acaecidos este domingo en Brasilia.
El Político
Miles de sus seguidores invadieron el palacio presidencial, el Congreso y el Supremo Tribunal, protagonizando violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que finalmente los desalojaron.
“Las manifestaciones pacíficas son parte de la democracia. Sin embargo, los saqueos e invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, se salen de la regla”, expresó Bolsonaro en una publicación de Twitter.
Lo que importa
El ex mandatario publico estos tuts desde los Estados Unidos, adonde viajó días antes de la asunción de Lula, justamente para no participar de la ceremonia de investidura del presidente.
Este domingo por la tarde, una turba de bolsonaristas tomaron por la fuerza, por cerca de cuatro horas, las sedes del Gobierno, del Parlamento y del Tribunal Supremo, en la mayor agresión a los poderes republicanos vista desde el golpe de Estado de 1964.
Los extremistas irrumpieron en los palacios violentamente, destruyendo todo lo que se encontraron a su paso, mientras Lula se encontraba de viaje en la ciudad de Araraquara, en el estado de Sao Paulo. El mobiliario de los palacios fue destrozado y arrojado por las ventanas a la calle, aunque las autoridades todavía no han podido realizar un balance de los cuantiosos daños causados por la turba.
La turba no llegó a entrar en el despacho de Lula en el palacio de Planalto porque la Policía llegó en ese momento, según dijeron a EFE fuentes oficiales.Los radicales no reconocen el resultado de las elecciones del pasado 30 de octubre, en las que Lula derrotó al ahora expresidente Jair Bolsonaro por un estrecho margen de menos de dos puntos porcentuales.
Según informaciones preliminares, hasta el momento hay unos 200 detenidos, aunque el ministro de Justicia, Flávio Dino, dijo que habrá más arrestos en las próximas horas por los “actos terroristas”. Los ataques contra las instituciones recibieron una condena unánime por parte de todos los estamentos en Brasil y los más importantes líderes mundiales, incluyendo todos los latinoamericanos, los del bloque europeo y los Estdaos Unidos.
Conclusión
Lula reaccionó ordenando la intervención de los organismos de seguridad del Distrito Federal, región donde se encuentra Brasilia, y desplegando fuerzas federales para ayudar a expulsar a los golpistas de las instituciones.
Los agentes antidisturbios, utilizando gases lacrimógenos y bombas de estruendo, se hicieron con el control de las sedes del Ejecutivo, Legislativo y Judicial unas cuatro horas y media después del inicio del ataque, ocurrido dos años y dos días después del violento asalto al Capitolio de Estado Unidos, por parte de ultraderechistas con los que el bolsonarismo está alineado.
Fuente: Infobae