El balón comenzó a rodar y todos los ojos del planeta se enfocan sobre el Mundial de Catar 2022. Las grandes estrellas del fútbol están presentes en el país y garantizan el espectáculo dentro de los 8 escenarios construidos.
El Político
Pero más allá de los impresionantes estadios y de los rascacielos que florecen en el desierto de este pequeño país, aún persisten muchas preocupaciones sobre las condiciones políticas que rigen allí.
"No será la primera ni la última vez que un Gobierno nacional utiliza la organización de un evento deportivo muy convocante para posicionar a su país de determinada manera frente a los ojos del mundo", opinó Mariela Belski, directora ejecutiva en Amnistía Internacional.
Polémica con la comunidad LGTB en el Mundial
Pese a las advertencias sobre estos temas y las preocupaciones de diferentes grupos, las autoridades de este pequeño emirato situado en una península sobre el golfo Pérsico han insistido en varias ocasiones con la misma idea: en Qatar hay tolerancia y todos serán bienvenidos durante la Copa del Mundo.
Nasser Al Khater, director ejecutivo del comité organizador del torneo, dijo a CNN que el país ha sido tratado "injustamente" desde que se ganó el derecho de albergar el torneo hace 12 años.
“Sabemos que la Copa del Mundo trae consigo una mayor visibilidad. Lo hemos visto en el pasado”, dijo Al Khater. “Pero si eso es un catalizador para el cambio, estamos todos a favor”, añadió.
Sin embargo, Al Khater también dijo que, aunque todos serían bien recibidos, la condición era que no haya "demostraciones públicas de afecto" porque "están mal vistas, y esto se aplica a todos", por las personas homosexuales y las heterosexuales. Además, aseguró que “quien luzca la bandera LGTB en el Mundial será arrestado por 7 u 11 años”.
Inmigrantes
Catar también está bajo la lupa con respecto al trato que el país le dio a los trabajadores migrantes involucrados en la construcción de los estadios para la Copa del Mundo. Recientemente, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dijo el Estado no está investigando ni informando adecuadamente sobre las muertes en el lugar de trabajo.
El año pasado un informe de The Guardian reveló que unos 6.500 trabajadores migrantes habían muerto en el país a lo largo de los 10 años posteriores a que Qatar fuera designado anfitrión de la Copa del Mundo 2022.
Sin embargo, hay una serie de datos que sirven para constatar cuál es, en la actualidad, la situación de los migrantes en Qatar —quienes representan casi el 90% de la población total del país—.
De acuerdo con un informe de Amnistía Internacional publicado este año y titulado "La Copa Mundial de la Vergüenza", los trabajadores migrantes involucrados en la construcción de los estadios sufrieron diferentes tipos de abusos y explotación laboral. Según la organización, la cifra de trabajadores inmigrantes en el país asciende a 1,7 millones.
Previsiones de asistencia al Mundial
Catar no es tan estricto en cuando al código de vestimenta que otros países islámicos, algo que le puede hacer más atractivo al público. De momento, a lo largo de estos últimos años ha organizado varios campeonatos internacionales como los Juegos Asiáticos de 2006, el Mundial de Balonmano (2015), el Mundial de Ciclismo (2016) y el Mundial de Gimnasia (2018). Además, en este mismo 2019 tendrá lugar el Mundial de Atletismo -entre el 28 de septiembre y el 6 de octubre-. Pero también tiene asignado el de natación en 2023, reportó Elespanol.
El experimento catarí en materia de fútbol se presagia que atraerá a cerca de un millón y medio de aficionados. Esto supone más de la mitad de la población actual del organizador del Mundial 2022, ya que Catar dispone de alrededor de 2,7 millones de habitantes.
El dato más llamativo es que tan solo unos 300.000 son cataríes. Una Copa del Mundo diferente. Un proyecto que alberga dudas, pero que se presume que marcará un antes y un después, por lo diferente y exótico de la cita.
Ayudas a Catar
La contratación de deportistas famosos como Xavi es una de las iniciativas habituales de las autoridades catarís, desde hace ya unos cuantos años, de cara a utilizarlos para el blanqueamiento del régimen, reportó TheObjective.
Una iniciativa que también llevan a cabo otros países de la zona como Arabia Saudí y que han bautizado como sportwashing (lavado deportivo, es decir, lavado de imagen mediante el deporte).
Tras comenzar el mundial, muchísima gente se pregunta cómo las autoridades de la UEFA eligieron para la celebración un país en el que no se podrían celebrar los partidos en verano y obligaría a paralizar a mitad las sagradas ligas de todos los países. Casi todo el mundo piensa en la corrupción, algunos lo insinúan y todos miran hacia otro lado.
Mucha discriminación
La realidad del país, dicho de una forma escueta, va contra los principios de igualdad que defiende el mundo libre. Las mujeres están discriminadas en la legislación y en la práctica del día a día.
Las menores de 25 años siempre han tenido que buscar y conseguir el permiso de sus tutores varones para hacer esas cosas que todos consideramos habituales en nuestro día a día como poder viajar fuera del país.
Catar entraría en problemas si durante el mundial se produjeran detenciones contra este grupo de hombres y mujeres. Pero la realidad del país es que a cualquier homosexual le pueden detener, juzgar y condenar a siete años de cárcel.
Intento de Suiza
En la última década, Catar ha creado una compleja red en numerosas agencias de la ONU con sede en Ginebra. Ha duplicado su peso relativo general como contribuyente a las Naciones Unidas, lo que se conoce como escala de valoración.
Eso incluye, entre 2012 y 2022, donaciones por 49 millones de dólares a la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) con el propósito de ayudar a los refugiados y desplazados en Oriente Medio, Bangladesh y Somalia, según dicho organismo internacional.
Catar también encabezó sus propias iniciativas, como el Centro Internacional para la Seguridad en el Deporte (ICSS), registrado en Ginebra, y una rama del ICSS, la Alianza Global para la Integridad en el Deporte (SIGA).
Ambas agencias deportivas tienen sus sedes en Ginebra, Suiza.
Más de 10 años después de la campaña de relaciones públicas de Catar, es difícil determinar con precisión lo que el emirato ha logrado.
Dentro del ecosistema internacional de Ginebra, las críticas al historial de derechos humanos de Qatar pueden estar algo atenuadas, y algunas organizaciones evitan condenar directamente al pequeño país del Golfo Pérsico.