La carrera para ocupar la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ya toma calor. Brasil acaba de presentar su candidato, que podría rivalizar a los nombres de la costarricense, Laura Chinchilla y el venezolano, Leopoldo Martínez.
Mario Beroes/El Político
Ilan Goldfajn, es economista y actualmente es el jefe del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), y es el candidato que el gobierno de Jair Bolsonaro está presentando a la presidencia del ente regional.
A través de un correo electrónico, Goldfajn aceptó la postulación y así se lo hizo saber a los demás integrantes del BID.
De hecho, solicitó un permiso " de carácter inmediato" en el FMI, sin derecho a sueldo, hasta que el 20 de noviembre tenga lugar la elección del nuevo presidente del BID. Su cargo lo ocupará, por los momentos, el canadiense Nigel Chalk.
Brasileño-Israelí
Goldfajn, de 56 años de edad y doble nacionalidad brasileña e israelí, cuenta con un doctorado en Economía por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y un máster por la Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro.
Fue presidente del Banco Central de Brasil entre 2016 y 2019, y asumió el cargo en el FMI en enero de este año. Trabajó como consultor en el Fondo en la década de 1990 y, entre otras instituciones financieras, fue economista jefe del brasileño Itaú Unibanco.
Elecciones en el BID
El BID anunció la apertura del proceso para nombrar a un nuevo presidente el pasado 28 de septiembre, dos días después de destituir al estadounidense de origen cubano Mauricio Claver-Carone por tener un romance e incrementar de manera arbitraria el sueldo a una subordinada.
Para ser elegido, el aspirante debe obtener una mayoría del voto de los países miembros, que varía según la cantidad de acciones que posee cada nación del capital ordinario del BID.
Estados Unidos, por ejemplo, tiene la mayor capacidad de voto, un 30 %; seguido de Argentina y Brasil, con un 11,3 % cada uno, y México, con el 7,2 %.
El ganador, que es elegido por un período de cinco años (y con posibilidad a una reelección), debe contar también con el respaldo de al menos 15 de los 28 países de la región.