Con el arribo al poder de Giorgia Meloni, como Primer Ministro de Italia, se dibuja un panorama preocupante para la unidad europea.
Gustavo Márquez / El Político
Italia es una de las naciones que se ha enorgullecido siempre de ser fundadora de la Unión Europea. Participación que siempre ha atesorado celosamente, y con toda razón. Pues apostar por sumar, por incluir, por construir, es el norte más cristalino a seguir, que puede contribuir con los éxitos que se añoren, como naciones desarrolladas.
Pero ahora el cielo ya no parece despejado. Una vez más se torna gris para la Unión Europea. Y los vientos huracanados parecer provenir —precisamente— desde Italia.
La ultraderecha ahora asume las riendas del Parlamento. Y en la ya culminada campaña electoral se pudo evidenciar que el neofascismo viene interpretando la melodía de la separación, de la discordia, de la fragmentación europea.
La coalición de #Meloni obtiene mayoría en ambas cámaras
La líder de #HermanosdeItalia se perfila para convertirse en la primera mujer en gobernar el país. Meloni ha moderado un discurso de extrema derecha, abiertamente antiinmigración, para ampliar su base electoral. /ft pic.twitter.com/xycgNMfyG8
— DW Español (@dw_espanol) September 26, 2022
¿Arrancada con suavidad y discreción?
Muy probablemente, los inicios del Gobierno de la neofascista Meloni se manejen con discreción. Como —en efecto— lo hizo al final de su campaña política, al indica que apoyaba a Ucrania, cuando en realidad se sabe a todas luces que Meloni es aliada de Vladimir Putin.
Adicionalmente, miembros de la fórmula electoral de Giorgia Meloni, le han declarado la guerra a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, por emitir declaraciones que han provocado urticaria en el compañero de fórmula de Meloni, Matteo Salvini.
Sin embargo, para algunos analistas, el tono podría irse incrementando y elevándose de forma progresiva, hasta convertirse en un grito ensordecedor de fragmentación contra la Unión Europea. Como el amado y odiado Brexit, que dejó por fuera de la comunidad de naciones europeas al Reino Unido e Irlanda del Norte. Desmembramiento que ha traído más malestar y problemas que beneficios, en un mundo donde es vital construir puentes, y no derribarlos.
#Italia La extrema derecha populista y post fascista ganó las elecciones. Una tendencia que había comenzado hace 10 días en Suecia. La Era de la Incertidumbre en su apogeo.https://t.co/36ArzT0Van
— Gustavo Sierra (@gsierra) September 25, 2022
Caso parecido en Suecia
La ultraderecha también se ha posicionado de forma muy privilegiada en las alturas del poder en Suecia. En las pasadas elecciones se adueñaron del 20% de la intención de votos. Proeza electoral que los coloca como la segunda fuerza política de esa nación.
Al igual que Giorgia Meloni, el abanderado ultraderechista Jimmie Akesson, bajó el todo de su discurso electoral, precisamente para endulzar a ese electorado que escuchó con preocupación los anteriores gritos que estimulaban una salida de la Unión Europea, y aplicarle un freno al problema de la inmigración, al igual que Meloni en Italia.
Es como si se siguiera un libro, unas instrucciones, un a, b, c del comportamiento político a seguir. Especie de manual compartido por la ultraderecha, más allá de las fronteras geográficas, pero no ideológicas. Es decir, pareciera existir un patrón de comportamiento, donde el ego, el YO, es más importante que las voluntades en favor del NOSOTROS.
#EleccionesEnItalia | La líder del partido conservador francés Agrupación Nacional, Marine Le Pen, felicita a Giorgia Meloni: "Bravo por haber resistido a las amenazas de una Unión Europea antidemocrática y arrogante al obtener esta gran victoria" https://t.co/rp0jUF7kBq pic.twitter.com/r5tuUL4yyK
— La Gaceta de la Iberosfera (@gaceta_es) September 26, 2022
Más ultraderechistas haciendo ruido
Casos como el de Dinamarca, Finlandia y Noruega también son relevantes para una preocupada Europa. Pues en estas naciones la ultraderecha ha asumido posturas radicales, de peso, con mucho ruido, en relación con el tema de la inmigración.
Sin embargo, en Francia a la ultraderechista y amiga personal de Vladimir Putin, Marine Le Pen, le toco recoger los vidrios rotos en las pasadas elecciones, y resignarse con la derrota. Pues los franceses fueron contundentes en su elección de votos: "no apoyamos a la ultraderecha, amamos a Emmanuel Macron y lo queremos una vez más al frente de nuestros destinos".
Sin embargo, Marine Le Pen está de fiesta, pues su aliada Giorgia Meloni si logró alcanzar la altura de las estrellas. Pero no se sabe si al final de su estadía en la silla del Primer Ministro, los vientos cambien ya no a favor, y termine estrellada.
¡Enhorabuena a @GiorgiaMeloni y a nuestros aliados de @FratellidItalia por su contundente victoria en las elecciones de Italia!
Por una Europa de naciones libres y soberanas ¡Avanti! ????? pic.twitter.com/n8uhOr1Lbg
— VOX ?? (@vox_es) September 26, 2022
En resumen
La Unión Europea está expectante. Los movimientos ultraderechistas vienen tomando fuerza, sobre todo los que avivan el fuego de la fragmentación europea. Así como también entonan el himno de un nacionalismo que no quiere nada con los inmigrantes.
Pero Europa es un continente variopinto, que bien ha sabido respetar y representar con orgullo lo que significa el respeto por la diversidad, a lo largo de su historia. Y la llegada de Giorgia Meloni a la posición de Primer Ministro de Italia, añade ingredientes a un caldo de fragmentación que se cocina a fuego lento. Pero que se podría empichar o quemarse.
Para el convulsionado mundo del presente y para la Unión Europea, la prioridad debería ser la suma de esfuerzos y voluntades en común, para contribuir a detener la guerra entre la Federación Rusa y Ucrania. Y si bien es cierto que cada nación de la Unión Europea tiene que continuar su camino. No deja de ser relevante el hecho de que siempre "en la unión está la fuerza". Es decir, siempre sumar y nunca restar.