En un abierto desafía a los Estados Unidos, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, aprovechó el Día Nacional de la Armada para anunciar “una nueva doctrina estratégica naval”.
El Político
Putin anunció que intensificará las actividades de sus barcos en los mares Negro, de Azov, así como en el océano Ártico, entre otros. También dijo que serán incorporados misiles hipersónicos de última generación en algunos buques de guerra.
Todo ello en un abierto desafío a la potencia norteamericana. Putin se justifica en "los planes de Estados Unidos de dominar los océanos y las líneas de transporte marítimo", según un documento reseñado por la agencia de noticias rusa Interfax.
Rusia quiere controlar todos los océanos
Rusia incrementará la seguridad en las aguas adyacentes a la Federación Rusa, incluido el mar de Azov y el mar Negro, donde Rusia quiere desarrollar un "fortalecimiento integral de su posición", así como en el Mediterráneo oriental y los estrechos del mar Negro, Báltico y las islas Kuriles.
Putin también prevé la expansión de la infraestructura militar en la península de Crimea, incorporada a Rusia. Así como la construcción de nuevos portaaviones y un sistema para la incorporación del misil hipersónico Zirkon de última generación. El cual entrará en servicio instalado en la fragata ‘Almirante Gorshkov’.
La doctrina reconoce además la falta de bases rusas en el exterior como una debilidad estratégica, de ahí que "la Federación Rusa planea construir nuevos puntos para dar servicio a la Marina en la región de Asia-Pacífico y el mar Mediterráneo".
Los intereses nacionales de Rusia como gran potencia marítima se extienden a "todos los océanos y al mar Caspio”, señala el documento firmado por Putin en la Fortaleza de Pedro y Pablo de San Petersburgo con ocasión del Día de la Armada.
Putin aprobó por decreto una nueva doctrina naval que tiene en cuenta los dramáticos cambios geopolíticos causados por la campaña militar rusa en Ucrania. Como ocurriera en 2015, tras el deterioro de las relaciones con Occidente provocado por la anexión un año antes de la península ucraniana de Crimea.
Putin pone los límites
Rusia no acepta injerencias en sus asuntos en el Ártico, el Caspio o el mar de Ojotsk (Pacífico); los mares Negro y Azov, arrebatado a Ucrania; el Báltico; las islas Kuriles (cuya soberanía reclama Japón); el Mediterráneo oriental y los estrechos que llevan a Asia y África.
“Hemos marcado abiertamente las fronteras y zonas de los intereses nacionales de Rusia, tanto las económicas como las estratégicas que son vitales. Garantizaremos su defensa de manera firme y por todos los medios”, afirmó.
Moscú tiene planes de crear bases navales y centros de abastecimiento desde el Mediterráneo oriental a la región de Asia-Pacífico, el océano Índico y el Golfo Pérsico, empeño que se verá apoyado por la construcción de portaaviones.
La doctrina impulsada por Putin destaca el interés en incrementar la cooperación militar-naval con la India, Irán, Arabia Saudí e Irak.
Putin expuso sus ambiciones de grandeza delante de la estatua ecuestre de su idolatrado Pedro el Grande. El zar que convirtió hace 300 años a Rusia en un imperio con una poderosa armada con salida al Báltico.
Esto porque Rusia intenta desde hace años encontrar alternativas estratégicas justo cuando Occidente le ha condenado al aislamiento.
Fuente: Agencias