Quizás en toda la historia del periodismo, en cualquier país o bajo el régimen que sea, no se haya producido un triunfo de la dimensión del conseguido por un diario, The Washington Post con los reportajes sobre el escándalo de Watergate.
El Político
Dos periodistas, Bob Woodward y Carl Bernstein, y una propietaria, Katharine Graham, develaron una trama que provocaría la salida nada menos que del hombre más poderoso de la tierra: el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon.
Resulta aleccionador leer el libro Los Hombres del Presidente. Bob Woodward y Carl Bernstein, describen que en la madrugada del 17 de junio de 1972, cinco hombres fueron arrestados en la sede del Comité Nacional Demócrata en el complejo de edificios Watergate, en Washington.
El escándalo de Watergate
Los llamados "plomeros", vestidos con guantes quirúrgicos, portaban equipos fotográficos y de grabación. Eran nada menos que “espías” del partido Republicano, del presidente Richard Nixon, quien aspiraba a la reelección.
Al día siguiente el diario The Washington Post lanzó en primera plana el allanamiento. El tubazo, como se dice en el argot periodístico.
El 22 de junio, Nixon negó cualquier participación de su administración en el asunto, que al principio atrajo poca atención pública.
Estaba planteado el choque: El periódico que da la información. El presidente de la República que lo niega.
La mujer más poderosa del país
Ante la declaración del presidente Nixon, Katharine Graham, presidenta del Post, preguntó a sus periodistas si tenían pruebas de lo que habían publicado. Ellos respondieron que no, pero que tenían una fuente que se los aportaría. Katharine Graham les dijo que siguieran adelante, que el periódico enfrentaría las consecuencias, si decían la verdad.
Ello marcó un hito en la historia del periodismo.
Katharine Graham ya había tenido problemas con el gobierno, por la publicación de Los Documentos del Pentágono, un informe secreto sobre la Guerra de Vietnam.
Garganta profunda… la fuente de Watergate
Lo demás es historia conocida y poco nos detendremos en los hechos.
El informador de los periodistas, cuyo nombre no fue nunca revelado, se hacía llamar "Garganta profunda".
Sólo tras su muerte en 2005 se conoció que era Mark Felt, nada menos que, subdirector del FBI.
Sus informaciones, tan precisas, condujeron a la renuncia del presidente Richard Nixon, pese a haber vencido en la reelección.
Bob Woodward y Carl Bernstein al cine
Convertidos en dos figuras excepcionales del periodismo, Bob Woodward y Carl Bernstein se convirtieron asimismo en protagonistas del cine, sólo que los actores Dustin Hofman y Robert Redford fueron los artistas que desempeñaron sus papeles.
Katharine Graham estuvo hasta su muerte en la dirección del Post. En 1974, la revista Ms. Magazine la consideró como la mujer más poderosa del país.
El periodismo con ella y su equipo habían alcanzado un pedestal jamás logrado.
Fuente: Archivo