Describir a Elon Musk es pasearse por los extremos de una persona que es amada y admirada, pero también subestimada y hasta odiada.
Mario A. Beroes R./El Político
Pero quienes lo han subestimado a lo largo de su carrera, han tenido que reconocer, en la mayoría de los casos, que se equivocaron, "y él lo ha demostrado", afirma el corresponsal de la BBC en la ciudad estadounidense de San Francisco, James Clayton.
"Elon Musk dice o hace cosas absurdas e incluso estúpidas, pero esas cosas absurdas y estúpidas terminan dando sus frutos", afirma el director del Programa de Estudios de Cine y Comunicación de la Universidad de Washington en St Louis, Ian Bogost.
"Cuando todos los demás zigzaguean, él no solo zigzaguea, sino que prácticamente hace pretzels (una galleta salada retorcida en forma de lazo) y luego despega hacia el cosmos", escribió Kara Swisher, periodista especializada en empresas tecnológicas y fundadora de la web Recode.
"Hasta las estrellas"
"Per aspera ad astra!", escribió en su cuenta de Twitter Musk (a través de las dificultades, hasta las estrellas), luego de concretar la compra de la red social.
Efectivamente, Elon Musk ha conducido algunas de las seis empresas que fundó o de las que es hoy director ejecutivo o presidente de manera eficiente: la aeroespacial SpaceX, y el fabricante de autos eléctricos Tesla y su subsidiaria SolarCity Corporation, especializada en energía solar.
También OpenAI, una compañía de investigación en inteligencia artificial; la neurotecnológica Neuralink, cuyo objetivo es desarrollar interfaces cerebro-computadora, y The Boring Company, de excavación e infraestructuras, cuyo nombre juega con la doble acepción de bore como perforar y aburrir, y que significa tanto "La empresa aburrida" como "La compañía de perforación".
Tecnorey en Tesla
En lo que se refiere a Tesla, quizás su empresa predilecta, Musk se denomina "tecnorey", y no CEO que es su cargo formal.
"Los únicos cargos con sentido en una empresa son presidente, secretario y tesorero" y el resto, como el de "CEO, son títulos inventados", dijo en diciembre durante la Cumbre del Consejo de Directores Ejecutivos.
"Desde marzo soy legalmente el tecnorrey."
Esa empresa que regenta es, desde julio, la más valiosa del sector automovilístico.
Pero además de hacerla lucrativa, con ella revolucionó dicha industria, como con SpaceX la de la aeroespacial privada, consiguiendo que unos cohetes reutilizables aterricen como despegan, de pie.
No son pequeños logros para alguien que emigró a los 17 años y con poco dinero desde Sudáfrica a Canadá, donde vivió de la amabilidad de sus parientes, quienes además le daban unos trabajos ocasionales antes de inscribirse en las clases pregrado en la Universidad de Queen, en Ontario, y lograr después cursar Economía y Física en la Universidad de Pensilvania.
Según explica Ashlee Vance en su biografía: Elon Musk: the Billionaire CEO of SpaceX and Tesla is Shaping the Future, se fue escapando de un padre emocionalmente abusivo y de un país cuya estrechez de miras despreciaba, con el sueño de triunfar en Estados Unidos.
Empezaría su carrera empresarial en los 90 con las start-up Zip2, (que vendió a Compaq, lo que le dio $ 22 millones), y el banco online X.com, (que se fusionó con la empresa propietaria de PayPal y fue vendida a eBay, con lo que Musk ganó $ 180 millones).
Una visión del mundo "particular"
En otra entrevista concedida a la agencia BBC uno de los redactores destacó "su habilidad para conseguir dinero para su visión de futuro."
"Tesla es mi forma de intentar salvar el planeta del cambio climático. SpaceX tiene como misión que los humanos puedan vivir en otros mundos si este no funciona. Si lo enmarcas todo en ese contexto, se trata de lidiar con algunos de los peores problemas del mundo", asegura Musk en dicho libro.
"Mi propósito principal es crear una colonia en Marte no para cinco personas, sino para un millón."
"Creo que algo horrible podría ocurrirle a la raza humana y necesitamos un plan de respaldo, en el que nadie más está trabajando, por lo menos no a esa escala que manejo. Yo voy a crear dicho plan. Tesla y SolarCity forman parte del ese viaje".
El propio Musk se ha referido a los peligros que acechan a la humanidad en más de una ocasión. En diciembre, durante la Cumbre del Consejo de Directores Ejecutivos de The Wall Street Journal, afirmó que "uno de los mayores riesgos para la civilización es el bajo índice de natalidad".
Figura polarizante
Otros aspectos que coinciden los que conocen a Elon Musk es en su pragmatismo.
"Trabaja con aquel que esté en el poder sea cual sea su color político, para poder sacar adelante sus proyectos."
Su pensamiento es libertario. No confía en gobiernos y no teme lanzarse a la piscina, incluso cuando no hay apenas agua.
"Tiene una tolerancia al riesgo inusual entre la mayoría de los directores ejecutivos. Su estrategia es buscar el momentum, como si fuera un apostador en un casino. Esa es su clave".
¿Twitter en buenas manos?
Y con esa mentalidad parece haber hecho puesto todas las fichas en la casilla de Twitter.
Lo ha hecho asumiendo los riesgos de que es una compañía que nada tiene que ver con su experiencia empresarial, de una u otra manera, son proyectos de ingeniería.
Y, como la figura controvertida y polarizante que es, con su último movimiento ha despertado la admiración de unos, pero también ha encendido las alarmas de otros.
Twitter (y los medios de comunicación) se ha llenado estos días gritos de aquellos que alertan los peligros de que la red social caiga en manos del hombre más rico del mundo que, a su vez, tiene en ella más de 87 millones de seguidores y donde tuitea compulsivamente.
"Es uno de los emprendedores con más seguidores en la plataforma. No es una estrella del pop o del cine, pero por el nivel de engagement (el número de reacciones y comentarios que generan sus mensajes) podrías pensar que lo es", dice el consultor de redes sociales y analista Matt Navarra.
"El hecho de que pueda dirigir la atención del mundo hacia lo que quiera, ya no solo por la cantidad de usuarios que lo siguen, porque tiene una tribu muy comprometida a su alrededor, muy fanática, sino porque ahora al ser el propietario pueda tal vez moldear la plataforma para dirigir la conversación (…), ese nivel de poder es lo que resulta preocupante", explica.
Sea como sea, Musk insiste en que lo que quiere es hacer de la plataforma un espacio con verdadera libertad de expresión y que "no es una forma de ganar dinero".
"No me importa la economía en absoluto", dijo ya en la conferencia TED2022 el 14 de abril.
Algo que lo "entretenga, divierta y estimule su intelecto"
"En este momento de su vida está buscando cosas que lo entretengan o que sirvan para propósitos futuros de sus muchos negocios", asegura Navarra.
"A estas alturas hace lo que sea que le entretenga, le divierta y estimule su intelecto".
"Es extremadamente inteligente y en el fondo busca tener un impacto positivo y duradero en el mundo y para la civilización en general, pero a veces creo que no entiende realmente el impacto y las ramificaciones que tiene lo que dice o hace, o que siente que no necesita dar explicaciones a nadie porque es quien es y tiene el dinero que tiene", continúa.