Aníbal Torres, primer ministro de Perú, está siendo blanco de críticas luego de que en su última alocución hablara bien de Adolfo Hitler, dictador alemán.
El Político
Torres expresó que "Italia y Alemania eran igual que nosotros, pero en una oportunidad Adolfo Hitler visita el norte de Italia y Mussolini le muestra una autopista construida desde Milán a Brescia. Hitler vio eso, fue a su país y lo llenó de autopistas, de aeropuertos y convirtió a Alemania en la primera potencia económica del mundo".
Esta es otra "metida de pata" que ahora debe hacer frente el gobierno de Pedro Castillo, que aún no tiene un año desde que asumió el poder.
Además, estas declaraciones llegaron justo al momento en el que Castillo intenta aliviar el "estrés social" que ha causado todo su discurso populista.
Reporte El Mundo que a la perenne crisis política se han sumado en las últimas semanas las protestas sociales provocadas por la subida de los precios de los combustibles y alimentos. Al menos cinco personas han perdido la vida en enfrentamientos y disturbios, mientras camioneros, transportistas y agricultores protagonizan un nuevo frente antigubernamental.
La decisión inconstitucional de decretar el toque de queda en Lima para frenar las protestas agitó aún más el avispero social y político, lo que ha llevado a que el Congreso aprobara anoche con 61 votos a favor y 43 en contra la moción declarativa que exhorta a renunciar a Castillo. Según la última encuesta de Datum Internacional, el 76% de los peruanos desaprueba la gestión del abanderado de Perú Libre (PL), pero peor le va al Congreso, con el 82% en contra.
Regaño de Castillo
"Yo no quisiera escuchar de aquí en adelante una queja de la población", regañó Castillo a sus ministros durante el consejo realizado ayer en Huancayo. Pero en ese momento las críticas se repetían por todo el país, incluida la embajada alemana ante los elogios a Hitler, "un dictador fascista y genocida en cuyo nombre se llevó a cabo desde Alemania la peor guerra de todos los tiempos y se cometió un genocidio de seis millones de judíos".
La diplomacia israelí insistió en que "regímenes de terror y muerte no pueden ser muestras de progreso".
Fuente: El Mundo