Los bonos de la deuda pública argentina o bonos soberanos se cotizan al 30% de su valor nominal; venderlos conlleva una pérdida del 70% de su valor, pero no se preocupe, existen alternativas que minimizan dicha pérdida.
El Político
Hernán Brennan, gerente de Nuevos Negocios en Visa, plantea la alternativa de usarlos para darlos en garantía al mercado para que le libere pesos y dólares para pagar al desarrollador, mientras sigue cobrando la tasa de interés nominal de los bonos que se le pagan al 100%.
Brennan también da el ejemplo de clientes que disponen de criptomonedas, a quienes se los asesora para que conozcan las distintas alternativas que tienen para convertirlas en ladrillos.
“Una opción podría ser que hagan un down payment en Bitcoin o en Etherium, dejando el sobrante a tasa en un exchange y convertirlos a pesos cuando haya que pagar las cuotas.”
Vinsa fundamenta su visión sobre el servicio que ofrece al cliente en la necesidad de “ponerse en los zapatos del comprador, analizando con él, por ejemplo, cuál va a ser su flujo de pesos si pacta pagar en cuotas”, en un contexto donde “el modelo de comercialización de inmuebles es 100% por financiero”.
Vinsa ayuda a la toma de decisiones de los clientes, al mismo tiempo que, puede facilitarle a un inversor que ya opera en mercados financieros, por ejemplo, utilizar sus bonos en función de la estrategia que se haya trazado para convertirlos en tierra o metros cuadrados “a finish.”
Poco conocimiento con criptos
Es significativo el vacío que existe en cuanto a masa crítica para acompañar, con asesoramiento y soluciones, la irrupción de los activos digitales en el negocio del real estate.
La Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA) comenzó en 2021 a capacitar a desarrolladoras, constructoras e inmobiliarias del país sobre nuevas formas de pago con criptomonedas y Bitcoin.
Esto en un contexto donde la Argentina ocupa el sexto lugar entre los países con mayor penetración de criptoactivos, con una posición líder en América Latina, con el 21%, de acuerdo con datos de Statista.
“Nosotros cuidamos la rentabilidad del inversor”, advierten desde Vinsa, que ha logrado para sus clientes hasta 40% de rentabilidad en dólares entre compra en pozo y precio de venta, a tres y cuatro años, una métrica más que interesante para una industria tradicional, donde se impone un perfil poco habituado al riesgo.