Estados Unidos es el líder de facto de la comunidad internacional democrática. Por lo tanto, Joe Biden tiene la mayor responsabilidad ayudando a los ucranianos en su resistencia al expansionismo ruso.
Alejandro Armas/El Político
Más allá de cualquier planteamiento moral, a Biden le conviene que la guerra en Ucrania termine lo mejor posible… O por lo menos que sus conciudadanos perciban que él hizo todo lo que esté a su alcance. No le vendría mal al mandatario un triunfo de política exterior, luego de la retirada desastrosa de Afganistán.
Pero, ¿puede realmente la situación ucraniana aumentar la popularidad del atribulado Biden? Veamos.
Concepto y precedente
Entre los conceptos más referidos en ciencia política está el efecto rally-‘round-the-flag, que pudiera traducirse como "reunión en torno a la bandera". Consiste en un incremento en la aprobación de un gobernante ante una crisis nacional, incluyendo agresiones extranjeras.
Manifestaciones empíricas del fenómeno ha habido. La más conocida en Estados Unidos tal vez sea la que experimentó George W. Bush justo después del ataque terrorista de septiembre de 2001. El apoyo a su gestión se disparó a un asombroso aproximado de 90%.
Hay una clara diferencia entre este caso y el de Biden. A saber, EE.UU. no es el país agredido hoy. Pero de todas formas la seguridad de Europa entera está en crisis, y los norteamericanos pueden sentir empatía con sus aliados históricos. Además, una Europa más insegura compromete los intereses de defensa de Estados Unidos, a pesar del océano de distancia.
A los números
Como las encuestadoras en Estados Unidos son cualquier cosa menos perezosas, casi tan pronto como empezó la invasión rusa hubo sondeos de opinión sobre el desempeño de Biden en el triste episodio. Uno de Reuters e Ipsos, la semana pasada, halló que solo 34% de los consultados aprobaba la reacción de la Casa Blanca.
Una semana después los autores del estudio detectaron que la cifra se elevó a 43%. La diferencia tal vez se deba a que el solo hecho de que Rusia invadiera, pese a las advertencias occidentales de sanciones, fue visto como un fracaso de Biden. Además, no estaba claro qué haría el gobierno con la guerra ya desatada. Pero EE.UU. y sus aliados rápidamente ejecutaron medidas punitivas sin precedentes contra Rusia. El impacto de las mismas pudo haber mejorado la percepción de Biden.
Empero, una encuesta paralela, también de Reuters e Ipsos, halló que las impresiones sobre el desempeño de Biden en general seguían iguales: 43% a favor y 54% en contra.
En cambio, un estudio de The Economist y YouGov, igualmente difundido esta semana, puso la aprobación del Presidente en 42%, y la reprobación, en 47%. G. Elliott Morris, periodista de datos de The Economist, explicó que este es el mejor resultado que Biden ha obtenido en sus sondeos en varios meses.
Apuesta riesgosa
Como pueden ver, hay diversas lecturas de la situación. Si bien la percepción de Biden pudiera mejorar debido al drama ucraniano, no es para nada algo seguro. Y aunque el Presidente haga todo lo que esté dentro de su margen de maniobra, demasiados factores no dependen de él.
Estados Unidos no está combatiendo esta guerra, ni lo hará. A pesar de la resistencia impresionante de los ucranianos, Rusia tiene un poderío militar superior y altas probabilidades de tomar el control de su vecino.
Biden ha de entender que no puede apostarlo todo por la resolución de la guerra en Europa Oriental. Quizá por eso en su discurso anual de rendición de cuentas, este martes, el Presidente dio otras señales que lo pudieran ayudar. Por ejemplo, un espaldarazo al financiamiento a los cuerpos de policía, contra las exigencias del ala más izquierdista de su partido. Varios expertos consideran que dicha demanda es impopular entre el electorado.