Los presidentes de Rusia y China, Vladimir Putin y Xi Jinping, hace apenas unas semanas proclamaron que la colaboración entre sus dos naciones “no tiene límites” Pero la recientes acciones de Moscú con el tema de Ucrania al parecer activaron los líneas rojas en Pekín.
El Político
Previo al inicio de las recientes olimpiada de invierno, China se opuso explícitamente a una ampliación de la OTAN. Rusia , por du parte, apoyó las reclamaciones de soberanía de Pekín sobre Taiwán.
“Si Putin afrontara duras sanciones, China le extenderá una mano amiga para limitar su efecto como ya hizo en 2008 o 2014”.
En ambos casos, Pekín evitó respaldar las acciones Moscú. No obstante, sí le ayudó a hacer frente a las consecuencias de las sanciones occidentales. Entre otras cosas, firmó un gran acuerdo en 2014 para la compra de gas procedente de Siberia, que palió las pérdidas de Rusia en los mercados europeos.
China marca distancia de reconocimiento de regiones separatistas
El reconocimiento de Vladímir Putin, de la independencia de las regiones separatistas ucranias de Donetsk y Lugansk ha colocado a China en una difícil situación. La de medir con mucho cuidado sus posiciones. Para mantener su política tradicional de respaldo a la soberanía y la integridad de los Estados,(incluida Ucrania), sin disminuir su apoyo a su socio estratégico en Moscú.
El ministro chino de Exteriores, Wang Yi, optó por un ejercicio de neutralidad diplomática en su conversación por teléfono con el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken.
“La situación en Ucrania está empeorando”, apuntaba Wang. Que pidió a todas las partes implicadas en la crisis que muestren tranquilidad y resuelvan la disputa por la vía de la negociación.
Pero, en un guiño a Rusia, el político también dijo que deben respetarse las “preocupaciones legítimas de seguridad” de todos los países. Un lenguaje similar al que había empleado hace un mes para poner a su país de parte de Moscú en la disputa.
China por la solución diplomática
En la reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador chino ante Naciones Unidas, Zhang Jun, insistió en la necesidad de una solución diplomática a la crisis. Subrayó que las preocupaciones de todas las partes implicadas deben resolverse “con una base de igualdad”.
Pekín también ve con cautela el deterioro de la situación en Ucrania.
Un apoyo contundente a Rusia en la crisis podría tener consecuencias indeseadas en otros polos de sus relaciones exteriores. La disputa conlleva un riesgo significativo de que se desbaraten sus relaciones con la Unión Europea (su segundo socio comercial) o con Estados Unidos.
El Gobierno de Xi mantiene también buenas relaciones con Kiev. Su embajador en esa capital publicó el mes pasado una tribuna en la que enfatizaba el apoyo del gigante asiático a la integridad territorial y la soberanía de Ucrania.
Además, temerosa del efecto que pudiera tener en Tíbet, Hong Kong o Xinjian, China ve con desconfianza cualquier apoyo a regiones independentistas. Un mensaje que el ministro de Exteriores chino reiteraba el fin de semana pasado en la Conferencia de Seguridad de Munich.
“La soberanía, independencia e integridad territorial de todos los países debe protegerse. Ucrania no es la excepción”, declaraba Wang.
China, es verdad, apoya en general a Rusia. Pero tiene sus propios y específicos intereses.