En Bolivia apenas comienza el enjuiciamiento contra la exmandataria Jeanine Áñez. Un proceso que para los analistas está viciado. En la historia democrática latinoamericana existen pocos antecedentes en los cuales el aparato estatal se haya puesto al servicio de un partido y un político. Como ha pasado con este caso.
El Político
Según los observadores a Jeanine Áñez Chávez, se la trata peor que a una prisionera de guerra.
Le prohíben entre otras cosas las visitas en la cárcel de sus abogados, sus hijos, familiares, parlamentarios, medios de comunicación. Algo de lo cual no hay precedente en Bolivia. Y no sólo constituye un trato inhumano de los acusadores, sino también un atentado contra su salud y vida.
"Estoy desesperada de ver un país sin justicia, ni ley. Que la comunidad internacional entienda que la justicia es de Evo Morales y Luis Arce. Estoy enferma, pero mis últimas fuerzas serán para demostrar que estos hombres, machos del poder, no podrán ocultar de la historia el fraude que cometieron”, expresó Áñez mediante una carta que leyó a los medios su hija Carolina Ribera.
Jeanine Áñez : 11 meses de injusta prisión
La expresidenta Áñez, cumplió el domingo 13 de febrero, 11 meses de prisión en una cárcel de La Paz. Por supuestamente haber comandado un "golpe de Estad" contra el hoy exmandatario, Evo Morales. Además, lleva más de cinco días en huelga de hambre.
En una misiva escrita de su puño y letra publicada en sus redes sociales, manifestó sentirse "fuerte" y que su conciencia y espíritu "están libres", al igual que destacó que esas condiciones "ningún tirano" se los va a quitar. haciendo referencia indirectamente al presidente, Luis Arce, quien ordenó su detención.
"Me han despojado de mi derecho a un proceso justo, con jueces y magistrados independientes e idóneos, cuando se han prestado a encarcelarme por delitos inexistentes", afirmó.
Insiste en que "todos los bolivianos" conocen la verdad y en que resistirá "hasta que Dios le dé fuerzas".
Los hechos
Áñez se proclamó presidenta interina el 12 de noviembre de 2019, después de que Morales renunciara tras perder el respaldo de mandos militares y policiales en medio de una fuerte convulsión social. Un informe de la OEA acusaba a Morales de haber hecho fraude en las elecciones de octubre de ese año.
Morales, en el cargo desde 2006, buscaba la reelección pese a haber perdido un referendo de reforma constitucional convocado por él mismo en que la mayoría de los bolivianos votó contra su postulación a un cuarto mandato hasta 2025.
Áñez dejó el poder en noviembre de 2020 tras nuevos comicios en los que resultó electo Luis Arce, elegido por Evo Morales como su "heredero". En marzo fue detenida.
Algunos de los cargos en su contra son genocidio, sedición, terrorismo y conspiración.
El juicio
En este primer juicio Añez -"Caso Golpe II"- enfrentará a cusaciones de violación de la Constitución e incumplimiento de deberes. Quedarán para otros procesos las denuncias de violaciones de derechos humanos y de lesa humanidad, además de delitos económicos.
Se prevé que el juicio dure 60 días aproximadamente, ya que fueron citados a declarar 76 testigos. En caso de ser declarada culpable, Áñez puede ser condenada a 12 años de cárcel.
Demasiado odio conta Áñez
Nada podía describir mejor la situación que vive la expresidenta de Bolivia, que ese juicio emitido por los exjefes de Estado y de Gobierno participantes de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA).
"Pedimos al Relator Especial de Naciones Unidas sobre la Independencia de Magistrados y Abogados, quien ha anunciado su visita a Bolivia, conocer del caso de la exgobernante, conversar con ella, e informar sobre los abusos de poder cometidos en su contra".
Además, recordaron que en una pasada declaración de marzo de 2021, manifestaron que la detención de Añez bajo los cargos de terrorismo, sedición y conspiración "resultaba arbitraria y contraria a los principios fundamentales de un Estado de Derecho" y que posteriormente expresaron preocupación por "la judicialización de la política o guerra jurídica".