Iván Duque, presidente de Colombia, a sabiendas de que está en su última etapa como presidente de la nación, defendió lo que ha sido su Gobierno.
El Político
En una entrevista concedida a EL PAÍS, ofreció todo un balance de lo que ha ido su mandato y en el que destacó varios aspectos económicos.
Iván Duque dejará de ser el presidente de la nación en unos meses, específicamente el venidero 7 de agosto, en su momento y con 42 años de edad, se convirtió en el mandatario más joven en la historia de Colombia,
Aquí te dejamos la entrevista realizada por EL PAÍS:
Pregunta. Durante el mandato de Duque, Colombia ha sufrido el embate de la pandemia, un huracán de fuerza 5, las mayores revueltas en 70 años, una crisis migratoria sin precedentes… ¿Qué le ha costado más gestionar?
Respuesta. El momento más difícil fue el intento el año pasado de ciertos sectores de bloquear todo el aparato productivo del país. Yo respeto la protesta social pacífica, pero ahí se vio el deseo de los grupos armados y de la criminalidad organizada de empujar a Colombia al colapso. Pese a ello, logramos el mayor crecimiento económico en casi 115 años.
P. ¿Puede repetirse el fenómeno?
R. Esto es algo que puede ocurrir no solo en Colombia, sino en el mundo entero. En España, vivieron un fenómeno doloroso en Cataluña. En Francia, con los chalecos amarillos… lo hemos visto en muchos lugares. Uno de los retos de la democracia moderna es saber responder a las reclamaciones pacíficas y justas de los ciudadanos, pero también operar con el Estado de derecho y con la respuesta proporcional y ajustada a los derechos humanos de la fuerza pública, porque nadie puede pisotear los derechos de otros. Esos retos se vuelven aún más complejos cuando hay personajes que quieren capitalizar políticamente el malestar, generar odio y desestabilización.
P. Y volviendo la vista atrás, ¿qué cambiaría de lo que hizo?
R. Siempre hay cosas que uno piensa que las hubiera podido hacer mejor o antes. Por ejemplo, con la reforma fiscal nos faltó más pedagogía y hacer entender al país que se trataba de un cambio estructural para los próximos 50 años. No importa; aprendimos la lección, la retiramos y luego conseguimos sacarla adelante.
P. Usted llegó al Gobierno de la mano de Uribe, pero las relaciones se agriaron. ¿Qué ha pasado?
R. Yo llegué de la mano de más de 10 millones de votos. Llegué después de haber pasado por un proceso abierto a todo tipo de escrutinios y debates. Gané primero en mi partido 16 encuestas, no se perdió ni una sola. Fui luego a una consulta abierta y obtuve cuatro millones de votos. En la primera vuelta de las elecciones logré siete millones de votos, y en la segunda, 10 millones. Con el expresidente Uribe no tengo sino amistad, lo he admirado siempre y le reconozco su aporte a la historia de Colombia. Podemos tener diferencias, pero en el disenso se logran muchas cosas. Hoy tengo con él una relación personal y profesional inmejorable, y espero mantenerla así siempre.
P. ¿Y no le han dolido las críticas que le ha hecho?
R. En política uno tiene que saber diferenciar los tipos de crítica. Cuando son constructivas, hay que asumirlas con humildad, y cuando son destructivas, pues sencillamente no atenderlas. Yo siempre he notado en Uribe un interés constructivo; podemos tener diferencias, las hemos tenido y las seguiremos teniendo; eso forma parte de las relaciones personales y políticas. Pero tengo la tranquilidad de que hemos gobernado con el plan de gobierno con el que fuimos elegidos. Todos los días trabajamos para cumplir esas 203 propuestas.
P. Entra en la recta final del mandato de Duque con un índice de popularidad muy bajo, ¿a qué lo atribuye?
R. Depende, depende… la semana pasada salió una encuesta que me daba el 40%. En general, me estoy manteniendo en números muy similares a la votación que tuve en la primera vuelta. Trabajo todos los días para mejorar, pero no amarrado ni intimidado ni coaccionado por las encuestas. Más importante que una encuesta es cumplir el plan de Gobierno.
P. Durante las revueltas de la primavera pasada Duque expresó su deseo de lograr un gran pacto con todos los partidos. Y esto no ha sido posible.
R. Pero hay cosas que se logran. En diciembre pasado obtuvimos el respaldo unánime del Congreso a la ley de acción climática. Esto demuestra que se pueden hacer pactos sobre temas que nos unen. También conseguimos un gran apoyo del Congreso a la agenda social y aprobamos la reforma fiscal, la más grande de este siglo, con más del 70% del voto. Siempre hay causas comunes que están por encima de las rencillas cotidianas.
P. Habla de unanimidad pero en el panorama político colombiano lo que se observa es atomización y mucho enfrentamiento.
R. No es un fenómeno solamente colombiano. En España, por ejemplo, nunca antes había estado la política tan polarizada como ahora, con una coalición de Gobierno que tiene incluso que aliarse con separatistas. También ocurre en Estados Unidos, Francia, Italia, el Reino Unido… La política es cada vez más compleja; las noticias falsas se mueven con facilidad, las redes sociales son instrumentos para ventilar odios y fragmentar las sociedades. Esos fenómenos, exacerbados por una pandemia y por el deseo de muchos de lograr el liderazgo a base de promover el caos, hacen que la política esté más polarizada. Es un fenómeno de nuestro tiempo que pone a prueba las democracias. No tenemos que tenerle miedo, pero tenemos que aprender cómo resolverlo.