Muy poco duró la simulación de flexibilidad en el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, regulador de los comicios en el país pero alineado firmemente con la elite chavista. La solicitud para un referéndum revocatorio contra Nicolás Maduro está “en marcha”, pero las condiciones para la convocatoria terminaron siendo absurdamente difíciles.
Alejandro Armas / El Político
De facto, la iniciativa se ha vuelto inviable. Así lo reconoció públicamente uno de los rectores del mismísimo CNE. ¿Qué ocurrió exactamente? ¿Qué sigue ahora para la oposición venezolana?
Cuesta imposiblemente arriba
La Constitución venezolana es muy clara estableciendo los requisitos para llamar a revocatorio presidencial. Se necesitan las firmas de 20% de los electores habilitados en todo el país.
Sin embargo, en 2016, cuando la oposición intentó hacer esta convocatoria, el CNE impuso un requisito adicional, ajeno a la Carta Magna. A saber, era necesario recolectar las firmas de 20% de los votantes en todos los estados del país. Con solo faltar uno de los más de veinte estados, la convocatoria quedaba denegada.
En esta oportunidad, el requisito extra se mantiene. Pero además, el CNE dispuso solo un día para recoger todas las firmas necesarias. Roberto Picón, el rector del ente comicial previamente aludido, argumentó que esto no es factible. Sencillamente no hay tiempo.
Además, el día pautado es este miércoles, 26 de enero. Dado que el anuncio se hizo el viernes pasado, con toda seguridad llegará el miércoles y millones de ciudadanos ni se habrán enterado del evento. Sobre todo en estados rurales, con pocos medios de comunicación.
Oportunidad para alternativas
Más allá de lo que hiciera el chavismo, la convocatoria a revocatorio desde un principio tenía poca probabilidad de éxito. Fue iniciativa de organizaciones de oposición con escaso renombre y ningún partido importante se había sumado.
De hecho, dentro de la propia oposición hubo un debate amargo desde finales del año pasado sobre la pertinencia del intento. Muchos adversarios del régimen consideraron que no valdría la pena y que sería mejor esperar a las elecciones presidenciales de 2024.
Al quedar prácticamente anulada la posibilidad de revocatorio por el CNE desde principios de año, surge una nueva oportunidad para que la oposición se cohesione con otro objetivo en mente. De no haber ocurrido, la disputa sobre el revocatorio se pudo haber extendido por meses, generando aun más desgasto y divisiones.
Autoridades sin poder
Otro aspecto importante de la decisión del CNE es que demuestra una vez más que las condiciones electorales no han mejorado en Venezuela. Lo contrario fue lo que el propio régimen quiso mostrar ante el mundo al permitir que dos rectores independientes se unan a la dirección del organismo.
Pero desde entonces estos dos rectores, Picón y Enrique Márquez, solo han podido denunciar las arbitrariedades del sistema. Corregirlas, no. Al manifestarse en contra del poco tiempo que dio el CNE para recolectar las firmas, Picón aclaró que él y Márquez salvaron su voto. Pero ello no impidió la delimitación de un plazo absurdamente corto.