Para el recuerdo y la especulación quedará el affaire de Novak Djokovic, y su intento de violar las leyes de Australia, para jugar sin vacunarse para la pandemia, en el Abierto de tenis, del que es precisamente el campeón.
El Político
Como lo ha señalado en distintas ocasiones otro jugador excepcional, Rafael Nadal, “nadie es más importante que las leyes de un país”, y mostró su fastidio por lo que se ha convertido en el único tema de conversación de un Abierto que ha de comenzar mañana, y en el que los organizadores, un tanto como presión, habían colocado a Djokovic para que participara en la primera ronda.
Decisión unánime
El tenista serbio Novak Djokovic será deportado y se pierde el Abierto de Australia, luego de que hoy un tribunal falló en su contra, tras la decisión del Gobierno de revocar por segunda vez su visado por lo que será deportado y no podrá defender su título en el torneo.
La decisión fue tomada de manera unánime por los tres jueces del Tribunal Federal, que abordó este domingo
en una audiencia virtual el recurso presentado por la defensa de Djokovic, quien fue recluido el sábado en un hotel de Melbourne.
La decisión supone que el visado del tenista serbio de 34 años ha quedado cancelado y tendrá que ser deportado por lo que no podrá jugar el Abierto de Australia que comienza este lunes (domingo por la noche en Colombia).
Tres años sin volver
Según la ley, Djokovic se enfrenta además a una prohibición de regresar al país durante tres años, excepto en ciertas excepciones, que pueden incluir "circunstancias imperiosas que afectan los intereses de Australia".
El ministro de Inmigración, Alex Hawke, se valió el viernes de sus poderes especiales para cancelar el visado del serbio por motivos sanitarios y del mantenimiento del orden, ya que si se le permite quedarse en el país puede avivar el sentimiento de las personas que se oponen a vacunarse contra el COVID-19.
Djokovic viajó el 5 de enero a Melbourne con una exención médica por no estar vacunado, al haber estado contagiado de COVID-19 recientemente, aunque a su llegada las autoridades de Inmigración le cancelaron el visado y lo detuvieron hasta su liberación el pasado lunes por una orden judicial al considerar que no fue tratado con "equidad".
Para los muchísimos admiradores del tenista la decisión puede resultar dolorosa, pero el gobierno australiano no podía permitir que nadie, por poderoso que sea socave su autoridad y signifique un mal ejemplo.