El triptófano es un aminoácido esencial necesario para el crecimiento normal en los bebés. Y para la producción y mantenimiento de las proteínas, músculos, enzimas y neurotransmisores del cuerpo.
María del Carmen Taborcía / El Político
El cuerpo no lo puede producir y debe obtenerlo de la alimentación.
Este aminoácido es utilizado para ayudar a producir la melatonina, que regula el ciclo de sueño y vigilia; y también la serotonina que se cree ayuda a regular el apetito, el sueño, el estado de ánimo y el dolor.
Abunda en los alimentos ricos en proteínas como el huevo, la leche, los cereales integrales, el cacao puro, la avena, los dátiles, los garbanzos, las semillas de girasol, de calabaza y de sésamo, los maníes, las carnes rojas, el pescado, el pollo, las almendras, legumbres, soja, entre otros.
Triptófano en alza
La demanda de alimentos y productos ricos en este aminoácido no para de crecer. Son multitud las personas que confían su bienestar al consumo diario de esta sustancia.
Según recomendaciones médicas las cantidades necesarias para beneficiarse se pueden ingerir diariamente con los alimentos normales y corrientes. Es decir que una dieta mínimamente razonable suministrará toda la dosis diaria que el organismo necesita para funcionar de manera óptima. Por lo que no requeriría añadir suplementos, pues podría caerse en el abuso.
Que nos proporciona el consumo de triptófano: dormir satisfactoriamente, mantener un estado de ánimo estable, con menor riesgo de padecer episodios de ansiedad, estrés o depresión, mantener la piel saludable.
El triptófano es uno de los ingredientes favoritos de nuestro cerebro por su efecto relajante, y por mediar como agente beneficioso en nuestras épocas de insomnio o ansiedad.
A veces el Triptófano no alcalza
Si bien es imprescindible en la nutrición, algunos han llegado a atribuirle “poderes mágicos” o sobrenaturales para curar o prevenir las alteraciones del bienestar.
Obviamente esta molécula multipropósito no resulta suficiente para la satisfacción integral del ser humano. Nuestro bienestar depende de un sinnúmero de factores interpersonales, intrapersonales, emocionales, intelectuales, ocupacionales, físicos. Todos ellos constituyen aspectos que mejoran o empeoran la calidad de vida de cada individuo.
Nuestro entorno es importante, y este no son los edificios, ni los autos, ni los árboles, ni las montañas; sino el otro ser humano, de ahí afloran muchos de los padecimientos que tenemos, y para los cuales el triptófano no alcanza.
Abogada y Escritora