Mantener el incremento de 400.000 barriles diarios de producción de crudo es el acuerdo al que llegó la Organización de los Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+), según ha comunicado al finalizar la reunión.
El Político
Asimismo, el cártel ha reafirmado el compromiso continuo de los países participantes en la Declaración de Cooperación de "garantizar un mercado petrolero estable y equilibrado.
También el suministro eficiente y seguro a los consumidores y de "proporcionar claridad al mercado en momentos en que otras partes del complejo energético, fuera de los límites de los mercados petroleros, experimentan una volatilidad e inestabilidad extremas".
Esta decisión llega después de que Joe Biden, presidente de Estados Unidos, culpara a la OPEP+ de no querer bombear más petróleo ante la fuerte subida de precios de la energía en todo el mundo.
"La idea de que Rusia y Arabia Saudí y otros grandes productores no van a bombear más petróleo para que la gente pueda tener gasolina para ir y volver del trabajo, por ejemplo, no es correcta", dijo el domingo en la reunión del G-20 en Roma.
Tras el anuncio, el barril de Brent cotiza en rojo y en cifras inferiores a los 81 dólares, mientras que el West Texas Intermediate está en el entorno de los 79 dólares.
Precisamente el crudo de referencia en EEUU se ha tomado un respiro en su rally alcista.
Banca apuesta al crudo en alza
El mundo petrolero sonríe, ya que las perspectivas de precios del crudo a 90 dólares podrían ser una realidad a finales del 2021.
La banca privada e inversionistas apuestan al mantenimiento de precios del petróleo altos, y que esta situación dure los próximos años ante una renovada demanda y una baja oferta mundial.
De ser cierto, el esquema económico mundial comienza a replantearse escenarios, más tomando en cuenta que los precios han alcanzado máximos de varios años.
Muchos de los principales bancos de inversión, no obstante, consideran que todavía hay margen para que los precios suban aún más.
Goldman Sachs prevé que el barril de Brent llegue a costar 90 dólares a finales de año, 10 dólares más de lo que había pronosticado anteriormente.
Damien Courvalin, jefe de investigación energética de Goldman Sachs, cree que la demanda alcanzará niveles récord en 2022 y 2023, por lo que el mundo se enfrenta “a posibles déficits de varios años y al riesgo de precios significativamente más altos”.