El 2 de junio de 2010, el presidente venezolano Hugo Chávez Frías pronunció la sentencia que jamás se haya contra un país, cualquiera sea su gobierno o signo político: “Aprovecho para condenar de nuevo, desde el fondo de mi alma y mis vísceras, al estado de Israel. Maldito sea el estado de Israel”. Al parecer la condena excluye el uso de tecnología israelí para espiar.
El Político
Tras esta declaración de Hugo Chávez siguió, como era de imaginarse, la expulsión de la representación diplomática Israel y la natural ruptura de relaciones.
Resultaba lógico no solo que el sucesor de Chávez mantuviera la misma línea, sino que abriera los brazos a cualquiera que enfrentara Israel. Bien sean palestinos o terroristas de cualquier pelaje.
Pero un régimen antidemocrático como el de Nicolás Maduro tiene una oposición que crece cada vez más. Para combatirla requiere de una tecnología de espionaje. La más depurada que exista. Efectivamente ella se encuentra en Israel.
Pues allí acude a buscarla.
Alta Comisionada alerta contra el software israelí
Las empresas israelíes de espionaje han proliferado en forma excepcional, y operan en el resto del mundo.
Allí están por ejemplo, Black Cube, Candiru, que venden sus servicios en Europa Occidental, Pegasus y ahora Cellebrite. Ellas firman con sus clientes, dictaduras o democracias, acuerdos de confidencialidad absoluta.
Hace apenas unos meses este proceder generó un escándalo.
La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la chilena Michelle Bachelet, calificó de «extremadamente alarmante» el espionaje a periodistas, activistas y políticos mediante el software israelí Pegasus. Y pidió un uso muy limitado de este tipo de tecnología de vigilancia.
Las denuncias sobre el extendido uso de este software «parecen confirmar los peores temores acerca del abuso de tecnologías de vigilancia para minar los derechos humanos de la gente de manera ilegal», subrayó Bachelet en un comunicado.
Maduro con la israelí Cellebrite
Todo indica que Maduro, inquieto por el crecimiento del descontento popular que le impide confiarse en las elecciones de este mes en Venezuela, está utilizando tecnología de espionaje de la empresa israelí Cellebrite .
Según el portal judío Haaretz, a pesar de las sanciones estadounidenses que prohíben las exportaciones al país, Cellebrite vendió su tecnología de “piratería telefónica” al gobierno de Nicolás Maduro.
Cellebrite predilecto de regímenes represivos
Cellebrite tiene una parte importante del mercado forense móvil. Proporciona hardware y software que permiten a los investigadores extraer información de la mayoría de los dispositivos portátiles, incluso si los datos se han cifrado, eliminado o cargado a la nube.
La compañía ha enfrentado acusaciones de activistas de derechos humanos de que vende su equipo tanto al régimen chino, como al gobierno en Bielorrusia. Cuestión que Cellebrite ha negado.
La firma sostiene que sus clientes son las fuerzas policiales, agencias gubernamentales y empresas privadas de todo el mundo.
Cellebrite tiene un perfil relativamente positivo en términos de derechos humanos. El año pasado, Vice News informó que vendió su tecnología a Rusia, los Emiratos Árabes Unidos y Turquía.
Régimen antisemita pero…
El gobierno chavista de Maduro anunció sus planes de comprar el sistema el año pasado. Desde entonces ha repetido las afirmaciones en varias declaraciones y publicaciones oficiales.
Aunque según Haaretz, el regimen chavista cuenta con equipos de este firma desde 2013. Supuestamente se compraron para la policía científica.
Pero videos que circularon recientemente demuestran que están en manos del SEBIN y el DGCIM. Cuerpos de seguridad utilizados por el régimen para perseguir a la oposición.
? #CellebriteVenezuela | el pasado mes de mayo, @Cellebrite_UFED, empresa israelí que produce un software capaz de hackear celulares y?, #NEGÓ haber vendido el sistema al régimen Venezolanohttps://t.co/hmSt1fasZn
Hoy, se filtró un video donde DGCIM acepta poseer Cellebrite⤵️ pic.twitter.com/bDkjDe5s3a
— Cazadores de Fake News (@cazamosfakenews) October 29, 2021
Nada importa que se maldiga al estado de Israel si su tecnología le permite espiar a sus enemigos y tenerlo al día de cuanto movimiento realizan.
Asegurarse la continuidad en el poder es más importante que toda apariencia de principios ideológicos.
El programa espía de las empresa israelí se han utilizado para «facilitar la comisión de violaciones de derechos humanos a gran escala en todo el mundo», aseguró Amnistía Internacional, pero eso no preocupa al régimen venezolano