La rama legislativa del poder público nacional es conocida por ser el centro del debate político en todos los países que cuentan con un Estado de Derecho sólido y no son monarquías absolutas. Estados Unidos, no es la excepción. Pero en este existe la figura del filibuster.
El Político
El Congreso de los Estados Unidos es el centro del poder político de los Estados Unidos. Allí se discuten los temas de agenda (política interna, ambiental, institucional, de política exterior, entre otras). Con incidencia no solo dentro del territorio de los Estados Unidos, sino a nivel mundial.
El seno del congreso se divide en dos cámaras: una cámara alta (o Senado) y una cámara baja (o Cámara de Representantes, House en inglés). Cada una actúa como contrapeso de la otra y fungen como el lawmaker a nivel federal.
Grosso modo, las reglas de debate y aprobación en las cámaras son bastante sencillas: se necesita una mayoría simple en cada debate para aprobar proyectos de ley o acuerdos.
¿Qué es el filibuster?
Sin embargo, en la Cámara del Senado de los Estados Unidos existe una práctica llamada el “filibuster” (filibusterismo) que permite poner freno a medidas legislativas relevantes aprobadas desde la cámara baja mediante la obstrucción parlamentaria, generalmente por medio de un discurso de larga duración y de parte de la minoría del senado.
La metodología para aplicar el filibusterismo es muy sencilla: un congresista puede hablar lo que desee siempre que no se siente o se detenga. Normalmente, se suelen leer en voz alta libros de recetas, novelas, hasta que se pospone la sesión.
Desde una perspectiva histórica, el filibusterismo es una figura que ha beneficiado tanto a republicanos como a demócratas. Ya que ha permitido a ambos partidos rechazar iniciativas legislativas contrarias a sus intereses en la Cámara del Senado.
¿Y la opción nuclear?
Existe una estrategia para saltarse el obstruccionismo, llamada “la opción nuclear”. Que no es más que el requerimiento por parte del líder de la mayoría del congreso para cambiar el régimen de votación de mayoría de 3/5 partes (60 senadores) a una mayoría simple (51 senadores).
Si bien este cambio no parece ser relevante, en una institución que funciona bajo tradiciones del siglo XIX, representa un real apocalipsis a nivel de la doctrina en el ejercicio de sus funciones.
Biden frente al filibuster
Joe Biden enfrenta su agenda legislativa en el marco de su eslogan Build Back Better, contra un senado dividido a medias que impide que el gobierno pueda convertir sus proyectos en leyes sancionadas.
Considerando que ningún partido tiene la mayoría necesaria para aprobar o desaprobar proyectos en el Senado, la figura del filibuster (esta vez, de manos de los republicanos) es fundamental para evitar que los demócratas puedan conseguir la mayoría necesaria de 60 senadores al propiciar un debate extenso que lleve simplemente a un punto muerto.
De igual modo, utilizar la “opción nuclear” como herramienta para llevar a cabo su agenda daría como resultado una grave lesión a la institucionalidad democrática del Congreso de los Estados Unidos.
En el mismo orden de ideas, eliminar la figura del filibuster requeriría una mayoría de 60 senadores. Debido a una regla de 1917 que obliga al senado a votar a 3/5 partes sobre temas relevantes o de funcionamiento.
El Gobierno de los Estados Unidos se encuentra en una calle sin salida con su agenda legislativa. Ya que no existe voluntad entre ambos partidos de trabajar en conjunto sobre los proyectos presentados por la administración de Joe Biden.