A raíz de la llegada de la pandemia del COVID-19, en los Estados Unidos se originó una crisis de empleo sin precedentes. Pero, por primera vez desde inicios del 2020, las solicitudes de ayuda por desempleo disminuyeron a un mínimo no visto.
El Político
De a poco, la nación norteamericana (la más afectada por el COVID-19) empieza a superar y a revertir las consecuencias del nuevo coronavirus.
Un indicador claro de esto es el del mercado laboral, que está mejorando a pesar de un "letargo en las contrataciones" en los últimos dos meses, reportó AP.
Las solicitudes de ayuda disminuyeron en 36.000 para ubicarse en 293.000 la semana pasada, informó el jueves el Departamento del Trabajo.
Esa es la menor cantidad desde marzo de 2020, cuando estalló la pandemia en Estados Unidos.
Este indicador suele ser augurio de los despidos y ha disminuido gradualmente desde la primavera pues muchos negocios, teniendo dificultades para llenar sus nóminas, retienen a sus empleados.
A las compañías se les está haciendo difícil conseguir empleados, pues aproximadamente 3 millones de personas que perdieron sus empleos debido a la pandemia y dejaron de buscar todavía no reanudan sus intentos.
Los economistas vaticinaban que más personas conseguirían trabajo en septiembre al reanudarse las clases y al expirar una serie de programas asistenciales.
No ocurrió así
Pero ese aumento en el empleo no ocurrió, pues los empleados añadieron apenas 194.000 plazas el mes pasado. Algo positivo: la reducción del desempleo de 5,2% a 4,8%, aunque eso se debió en parte a que muchos dejaron de buscar.
Al mismo tiempo, la cantidad de personas en Estados Unidos que están renunciando a sus empleos ha subido a niveles récord, para un 3% en agosto. Muchas de las renuncias han ocurrido en restaurantes, bares y hoteles, debido a la propagación de la contagiosa variante delta.
Otros trabajadores dejaron sus cargos para buscar posiciones con mejor sueldo, o debido a que no consiguieron opciones para el cuidado de los hijos.