La democracia de Estados Unidos está enfrentando su amenaza más seria desde la Guerra Civil. No solo por las secuelas que dejó la toma del Capitolio del pasado 6 enero, cuando una turba trumpista intentó impedir la certificación de la victoria de Joe Biden.
El Político
Sino por los pasos que vienen tomando los republicanos desde entonces para modificar las normas electorales y restringir el voto en muchos estados del país, reportó El Tiempo.
Ese fue el eje del discurso que pronunció este martes el mandatario demócrata desde Filadelfia, una ciudad emblemática por haber sido la sede donde se firmaron los documentos de Independencia y la Constitución.
Discurso de Biden
Biden hizo hincapié en que lo que se está presentando es un asalto contra uno de los derechos más básicos -el voto- a través de restricciones que son autoritarias y anti estadounidenses.
"Tenemos que prepararnos desde ya. Nuestra democracia va a enfrentar un nueva oleada de supresión de voto y cruda subversión electoral en el 2022 y 2024. Pero como he dicho antes nada ni nadie puede detener a los estadounidenses de votar. Ellos decidirán por que el poder está en la gente", dijo el presidente.
Según el mandatario, el país está enfrentando un reto generacional del que depende el futuro no solo de EE. UU. sino también del mundo. "El derecho a vota y a que todos los votos cuenten -sostuvo el mandatario- es un derecho simple pero fundamental. Cuando lo tenemos, lo tenemos todo. Pero sin el no tenemos nada, nada".
Biden se moviliza por el voto
Desde enero, los republicanos han movido más de 500 leyes utilizando las mayorías legislativas con las que cuentan en algunos estados. Las modificaciones o restricciones son de todo tipo.
Desde limitar el voto por correo y elevar estándares de identificación a eliminar puestos de votación en zonas densamente pobladas y prohibir que se les entregue agua o comida a personas que hacen cola para depositar un sufragio.
Los republicanos han justificado las modificaciones alegando que su intención es prevenir el fraude y citan las pasadas elecciones como ejemplo. Un argumento insólito pues el año pasado los abogados de Trump elevaron decenas de demandas ante las cortes del país y todas fueron desechadas por falta de mérito.
Sin casos de fraude
De hecho, no hay un solo caso de fraude que haya sido demostrado y la mayoría de las acusaciones fueron catalogadas como "ridículas" por jueces conservadores y liberales. Los mismos funcionarios nombrados por Trump para vigilar el proceso electoral declararon que las elecciones del 2020 habían sido las más transparentes y seguras de toda la historia.
Es más. Muchos de los abogados que llevaron ante las cortes las demandas de Trump hoy enfrentan posibles sanciones por su falta de ética y propagación de mentiras.
Rudy Giuliani, el exalcalde de Nueva York que operó como cabeza de ese esfuerzo, ya fue sancionado en Nueva York y Washington y su licencia para practicar leyes está suspendida. Enfrenta, además, millonarias demandas por difamación que van por buen camino.