El desplome de la línea 12 del Metro de Ciudad de México (CDMX), en la capital mexicana, el pasado 3 de mayo, es quizás la crisis más grande que enfrenta el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO); tanto en el plano político como por las incalculables repercusiones que conlleva. Aplicar la justicia en este trágico caso implica atentar contra sus intereses y proyecto político y por esa razón lo estaría evadiendo.
El Político
En el plano político esta tragedia afecta de manera directa a los dos principales candidatos de AMLO a sucederlo en la presidencia en 2024; el actual canciller Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, gobernadora de CDMX, asegura un artículo de Deutsche Welle.
Tras los hechos en el Metro, AMLO decidió apoyar a Sheinbaum esperando que Ebrard se hiciera un lado; como ya lo había hecho en 2011, cuando era favorito en las encuestas para ser candidato presidencial del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y dejó el puesto a AMLO.
Fractura en el gobierno de AMLO
Pero al igual que en la línea 12 del Metro, también hay una fractura interna en el gobierno de AMLO. Según DW, la ruptura sería entre el mandatario mexicano y Ebrard, quien es el primer sacrificado de AMLO por el caso del Metro, en lugar del magnate Carlos Slim, principal aliado empresarial del Presidente y uno de los principales constructores de la Línea 12.
DW también asegura que se adelanta una manipulación en el dictamen del gobierno de Sheinbaum sobre las causas del desastre. En esta decisión se minimiza su responsabilidad y la de su gobierno, pese a la clara negligencia de no haber dado mantenimiento al metro; así como su prepotencia y negligencia igual de criminal para atender a las víctimas.
Los efectos electorales
El 6 de junio se llevan a cabo unas históricas y masivas elecciones en México; comicios en los que podrían reflejarse los efectos del desplome de la Línea 12 del Metro. Tras la tragedia del 3 de mayo se ha ido reduciendo la diferencia a favor del partido de AMLO; y de continuar podría perder una buena cantidad de gobernaciones y diputados.
El bastión político de AMLO ha sido el voto de CDMX y la zona metropolitana, cuyos ciudadanos fueron sacrificados en el derrumbe. Si los votos disminuyen notablemente en esa región del país sería un descalabro para su partido.
El artículo de DW llama la atención sobre las imágenes de AMLO en sus giras internas en las que se le puede ver jugando béisbol en Sinaloa, cargando niños o inaugurando obras, pero no se acercó al lugar de la tragedia o a las víctimas. ¿La razón? Acudir a Tláhuac a solidarizarse con las víctimas significaría darle importancia a un hecho que busca invisibilizar, así como tampoco quisiera que se hablara de las cifras reales del COVID-19.
La estrategia de AMLO
Para evadir el tema, AMLO se centra en estridentes mensajes contra los opositores, y en aperturas de investigaciones en su contra pero no en búsqueda de justicia por la tragedia del Metro; de ser así ya habría acusado a los mismos miembros de su gobierno o partido por esta causa.
Estas acusaciones contra candidatos o políticos de oposición buscan generar una cortina de humo y manipular a la sociedad; con el fin de que la población no mire los errores y corrupción dentro de su gobierno.
"AMLO busca ‘justicia’ contra sus adversarios políticos, pero la evade para las víctimas de la Línea 12 del metro, porque esa justicia atenta contra sus intereses electorales y proyecto político", dice DW en su artículo
A casi un mes de la tragedia, ni Sheinbaum ni la directora del metro, Florencia Serranía, han comparecido ante el Congreso local para explicar exactamente que fue lo que pasó; y entregar todos los documentos referentes a las bitácoras de mantenimiento. Serranía no comparecerá sino hasta pasadas las elecciones del 6 de junio.
Fuente: DW