La relación entre México y Washington se enreda cuando faltan menos de tres semanas para la visita anunciada por la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, que se centrará en seguridad y economía.
El Político
La última estocada a la agenda bilateral ha sido un cambio cualitativo del tono empleado por Andrés Manuel López Obrador para exigir a la Administración de Joe Biden que suspenda el supuesto respaldo económico a algunas organizaciones civiles.
“Se están tardando”, ha instado el presidente en referencia al apoyo de la agencia de cooperación USAID, un organismo independiente vinculado al Departamento de Estado, a ONG como Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, reportó El País.
Es el ejemplo más reciente de unas relaciones que, si el lenguaje de la diplomacia califica de “institucionalizadas” y “fluidas”, en realidad están minadas por múltiples tensiones.
Seguridad y economía las prioridades
Harris viajará al país vecino y a Guatemala para abordar uno de los grandes retos del comienzo de la era Biden, la crisis migratoria de Centroamérica.
Pero la frontera solo es uno de los frentes abiertos con Washington. A esa crisis se añaden fricciones comerciales, distintos criterios sobre la estrategia de la lucha contra el narcotráfico y la política de seguridad, las reformas económicas impulsadas por López Obrador y que preocupan a los inversores, la cooperación ante la pandemia de coronavirus y, ahora, las acusaciones de injerencia.
El presidente fue uno de los últimos líderes en reconocer a Biden. Lo hizo casi 40 días después de la victoria del demócrata; que su contrincante, Donald Trump, trató de impugnar sin pruebas.
Reunión con mucha seguridad
Con vistas a la visita de , que llegará a México justo después de las elecciones del 6 de junio; el Gobierno del país también plantea una serie de reclamos a Washington.
En primer lugar, mantiene la presión para que aumente la inversión en Centroamérica con el objetivo de paliar la emergencia humanitaria; y contener el flujo migratorio, sobre todo en Honduras y Guatemala.
Las dos administraciones tienen visiones distintas de la cooperación, ya que Estados Unidos supedita la entrega de fondos públicos; al desempeño de los países beneficiados y al uso de esos recursos. Es decir, se trata de una ayuda finalista. México, en cambio, es partidario de un desembolso directo.
Reclamo de AMLO
Otro reclamo del Gobierno de López Obrador tiene que ver con la vacunación contra la covid-19.
El vecino del norte, donde la campaña de inmunización avanza a marchas forzadas y ya ha cubierto a cerca del 40% de la población; ya ha prestado casi tres millones de dosis a México.
El canciller Ebrard ha sido precisamente el artífice de una estrategia bautizada como “diplomacia de las vacunas”; que aparte de Washington, ha obtenido respaldo de China, Rusia, India y de España.