Moscú mantiene abiertos todos los frentes contra Europa y se comporta “como una ex controladora que nunca superará su divorcio.
El Político
Rusia ha protagonizado expulsiones de diplomáticos, actos de sabotaje, acumulaciones de tropas en fronteras calientes, ciberataques, operaciones de espionaje con secuestros y envenenamientos…
Trata de controlar a los países del Este de Europa.
Así lo asegura Kuba Kaminski, un politólogo polaco de 44 años que sostiene que, para hablar de Rusia, daría lo mismo hablar con él que con su padre, porque “yo estoy viendo pasar cosas que él ya ha vivido”.
Su metáfora resumela visión que tienen casi todos los países de Europa central y oriental de la política exterior rusa y la influencia que la alargada sombra del Kremlin tiene en la geopolítica de esta parte del mundo.
Expulsión de diplomáticos
En las últimas semanas, Putin ha expulsado a 20 diplomáticos checos, cinco polacos y tres eslovacos y ha “llamado a consultas” al embajador polaco.
Por su parte, los gobiernos de estos países han reaccionado de la misma manera, obligando a varias decenas de empleados de embajadas rusas a dejar su territorio.
En el ajedrez de las relaciones internacionales difíciles, los empleados de embajadas son solo los peones, pero el intercambio de piezas que está teniendo lugar estos días no tiene precedentes.
Tras siete años de investigación, Praga considera probado que los rusos expulsados eran espías que participaron en 2014 en el sabotaje del arsenal de Vrbětice, donde murieron dos personas.
Informaciones posteriores han revelado que dos de los agentes expulsados Anatoly Chepiga y Alexander Mishkin, envenenaron a un traficante de armas en Bulgaria.
También revelan que envenenaron al disidente ruso Sergei Skripal en el Reino Unido en 2018.
De hecho, la explosión del arsenal en suelo checo era en realidad un ataque planeado para llevarse a cabo en Bulgaria.
La represión de la minoría polaca en Bielorrusia es otro motivo de disputa entre el gigante ruso y sus antiguos aliados.
Apoyo de Lukashenko
El dictador Alexander Lukashenko mantiene su régimen gracias al apoyo explícito de Putin, que tiene en él a un servidor más leal que la mayoría de los miembros de su propio gabinete.
En la provincia bielorrusa de Grodno, donde el 80% de la población es de cultura polaca, el Gobierno de es epaís ejerce una agresiva represión contra las asociaciones y medios de comunicación.
También sobre personalidades de la minoría polaca y varios de sus líderes han sido encarcelados.
Oficialmente se les acusa de organizar actos conmemorativos en los que se ensalza la figura de guerrilleros polacos que durante la Segunda Guerra Mundial cometieron crímenes de guerra.
Por su parte, Varsovia ha emprendido una campaña internacional que denuncia la dictadura bielorrusa y ha invitado a la líder de la disidencia democrática bielorrusa,Svetlana Tijanóvskaya, a hablar en el senado polaco.
Además, tanto el juez que encarceló a polacos en Bielorrusia como todos los funcionarios que participaron en el proceso tienen vetada su entrada en Polonia.
Como dice Kuba Kaminski, “contra la infección rusa Europa Occidental solo ofrece homeopatía, pero aquí, en estos países, sabemos que necesitamos un antibiótico”.
Analistas afirman que cuando se trata de Rusia,el escenario de la Guerra Fría sigue aún muy presente.
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Fuente: ElConfidencial, Dw