Las condiciones en la frontera suroeste representan un serio desafío político para el presidente Biden, ya que los cruces ilegales y las solicitudes de asilo aumentaron significativamente en marzo, creando una grave crisis migratoria.
El Político
La situación es un reflejo de los puntos álgidos de la inmigración, como las crisis de los menores no acompañados a las que se enfrentaron el ex presidente Trump en 2019 y el ex presidente Obama en 2014.
Aquí hay cinco razones por las que Estados Unidos enfrenta un estado crónico de crisis en la frontera suroeste, reportó The Hill.
Las condiciones en Centroamérica fomentan la crisis migratoria
Las condiciones de vida en Centroamérica y México han sido históricamente el mayor impulsor de la migración humana en el hemisferio occidental.
Mientras que la migración mexicana ha disminuido en su mayor parte en los últimos cinco años -con la notable excepción de un pico impulsado por una pandemia- el número de personas que huyen del Triángulo Norte de Centroamérica ha aumentado constantemente.
Cada uno de los tres países del Triángulo Norte -Guatemala, Honduras y El Salvador- se enfrenta a su propio conjunto de retos medioambientales, económicos y de gobernanza, pero la causa abrumadora de la migración a Estados Unidos sigue siendo la oportunidad económica.
"Un centroamericano que trabaje [en Estados Unidos] puede ganar de tres a seis veces más que en Centroamérica, incluso teniendo en cuenta el coste de la vida", dijo Alex Nowrasteh, director de estudios de inmigración del Cato Institute.
A la demanda económica se suman diversos factores de gobernanza y ambientales que pueden desencadenar la decisión de un individuo de abandonar la región o de una familia de enviar a sus hijos a Estados Unidos.
El tráfico de personas es un negocio
Los funcionarios de la administración Biden han repetido sin cesar la frase "la frontera está cerrada" en inglés y en español en casi todos los foros en los que se habla de inmigración.
La advertencia ha caído en saco roto incluso entre los aliados de la administración, ya que no ha servido de mucho para evitar las críticas de los republicanos a las políticas fronterizas de Biden y no ha tenido ningún efecto discernible en los mensajes utilizados por los contrabandistas para reclutar clientes potenciales.
"Son criminales fríos y calculadores que quieren ganar miles de millones. Van a timar a sus clientes, y van a mentir y manipular para construir su negocio", dijo Frank Sharry, fundador y director ejecutivo de America’s Voice, un grupo progresista de defensa de la inmigración.
"Hay un debate tonto en Washington sobre el mensaje de Biden. El mensaje de Trump fue lo más cruel posible y tuviste el mayor pico de aprehensiones en la frontera en la historia reciente", añadió Sharry.
Según un estudio encargado por la Rand Corporation, las redes de contrabando de personas en la región varían desde grandes organizaciones criminales transnacionales hasta grupos locales que a veces pueden subcontratar el trabajo a los grupos más grandes.
Sin vías legales para la crisis migratoria
A pesar de la demanda regional de vías de inmigración a Estados Unidos, el número de permisos legales de residencia permanente otorgados a los ciudadanos del Triángulo Norte sigue siendo relativamente bajo.
En 2019, 27.656 salvadoreños, 13.453 guatemaltecos y 15.901 hondureños recibieron tarjetas verdes de Estados Unidos, de un total de 1.031.765 tarjetas verdes concedidas, según datos recopilados por el Instituto de Política Migratoria.
"Prácticamente no tienen visados para venir legalmente, así que vienen ilegalmente o intentan jugar con el sistema de asilo. No podemos detener este flujo, ni debemos intentarlo, ya que los inmigrantes hacen que Estados Unidos sea más próspero. Sólo un mayor número de visados para estas personas canalizará este flujo ilegal hacia un mercado legal y regulado", dijo Nowrasteh.
Aunque Biden tiene algunas opciones ejecutivas a su disposición para conceder un estatus legal; o un aplazamiento de la deportación a ciertos grupos de inmigrantes, un cambio permanente en el proceso de visado requerirá una acción legislativa.
Infraestructura fronteriza
Biden se ha enfrentado a acusaciones de hipocresía por sus críticas a las políticas de Trump; ya que su administración se ha visto obligada a procesar a menores no acompañados en instalaciones de la Patrulla Fronteriza diseñadas para detener a adultos.
Los republicanos han pedido que se vuelvan a aplicar las políticas de Trump, incluido el restablecimiento de los controvertidos Protocolos de Protección de Migrantes; también conocidos como el programa "Permanecer en México", en el que los solicitantes de asilo de terceros países esperaban sus casos de asilo en México.
El gobierno de Biden ha cambiado sus prioridades fronterizas para procesar rápidamente a los menores; fuera de la custodia de Aduanas y Protección de Fronteras a la custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Aun así, la reforma de las infraestructuras fronterizas para crear entornos más favorables a las familias; requeriría enormes inversiones y sólo proporcionaría un alivio temporal.
Aplicación regional de la crisis migratoria
Biden asignó el mes pasado al vicepresidente Harris la tarea de coordinar las relaciones; con los países del Triángulo Norte para abordar las causas de la migración.
La tarea ha convertido a Harris en un pararrayos político, con activistas de derecha e izquierda; que exigen a la vicepresidenta en todas las facetas de la política de inmigración, no sólo en su cartera asignada.
"Necesitamos escuchar a Kamala Harris. Cuanto más se ausenta, más tenemos la sensación de que no tienen nada", dijo Garza.