Tras la destitución de Dilma Rousseff como presidenta de Brasil y la confirmación de la continuidad de Michel Temer como presidente de ese país, el gobierno uruguayo se ve en la necesidad de levantar la vista y ver el horizonte de la relación con el gigante de al lado que es el segundo socio comercial más importante que tiene Uruguay.
Las primera señales de ambos lados después de la polvareda indicarían que, a pesar de que los gobiernos de Temer y Tabaré Vázquez no arrancaron con el pie derecho, estarían dispuestos a borrar y hacer cuenta nueva.
"Aspiramos a seguir teniendo la misma relación porque aquí hay que poner en la balanza los intereses que Uruguay tiene con nuestro gran vecino, Brasil", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, durante su comparecencia en la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado, según indica la versión taquigráfica de la reunión.
El canciller uruguayo fue a esa comisión parlamentaria para explicar el Tratado de Libre Comercio de "última generación" que Uruguay habrá de firmar con Chile en octubre.
Allí, ante la consulta de los senadores, Nin Novoa dejó "expresa constancia" de que el gobierno considera que el presidente de Brasil es Michel Temer, a pesar de que la única versión oficial que el gobierno divulgó es un comunicado de cancillería en el que nada se dice sobre Temer y se valora como una "injusticia" el proceso de salida de Rousseff.
Las señales respecto al futuro de la relación también resultaron auspiciosas de lado brasilero. El canciller de ese país, José Serra, dijo que los presidentes Temer y Vázquez se reunirán en dos semanas cuando se celebre una nueva sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, según informó ayer O Globo en su página web.
"Tengo certeza que nuestras relaciones con Uruguay irán de mejor forma", dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil en China donde asiste a la cumbre del G20.
Serra dijo que la reunión entre los presidentes de Brasil y Uruguay es "una oportunidad para conversar y esclarecer".
El esclarecimiento al que aludió Serra refiere a los hechos políticos que generaron tensión entre los dos países en las últimas semanas, fundamentalmente a raíz de la transferencia de la presidencia pro témpore del Mercosur.
Brasil ha presionado para que Venezuela no asuma la presidencia del bloque regional y Serra viajó especialmente a Uruguay para solicitarle al gobierno que no le entregara el liderazgo de la organización a Nicolás Maduro. De hecho, Nin Novoa llegó a acusar al gobierno de Brasil de intentar "comprar" el apoyo de Uruguay en una comisión parlamentaria, una afirmación que después calificaría como "un malentendido" en diálogo telefónico con su par brasilero.
Durante esos días las relaciones bilaterales tocaron un punto bajo. Los dichos del canciller uruguayo motivaron un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil que marcó el "descontento" del gobierno de Temer.
De hecho, Itamaraty llamó el 16 de agosto al embajador uruguayo en Brasil, Carlos Amorín, para trasmitirle su molestia por los dichos de Nin Novoa. Además, la cancillería brasilera emitió un comunicado en el que manifiesta que "recibió con profundo descontento y sorpresa las declaraciones del canciller Nin Novoa sobre la visita del ministro José Serra al Uruguay".
"El tenor de las declaraciones no es compatible con la excelencia de las relaciones entre Brasil y Uruguay", señaló el comunicado.
Sin embargo, los idas y vueltas de las últimas semanas parecen haber quedado en el pasado. "Uruguay es un país con una tradición democrática importante y tenemos todo el gusto de analizar las cuestiones con ellos para llegar a un entendimiento mutuo", dijo Serra en declaraciones a la prensa de su país.
Los dichos de Serra en los que reconoce las intenciones de su gobierno para la relación con Uruguay, se desenmarcan con luz de las palabras que el canciller de Brasil eligió para hablar de otros países de la región que fueron particularmente duros con el nuevo gobierno norteño (ver recuadro).
Argentina fue uno de los pocos países de la región que reconoció de forma inmediata al gobierno de Temer y manifestó su "respeto" al proceso interno que había vivido Brasil.
"Ante los sucesos registrados en Brasil, el Gobierno argentino manifiesta que respeta el proceso institucional verificado en el hermano país", señaló el comunicado de la cancillería argentina.
El presidente argentino, Mauricio Macri, se habrá de encontrar con Michel Temer en China, donde el mandatario de Brasil estrena su presencia internacional en la cumbre del G20
Temer mantuvo una reunión con el presidente chino, Xi Jinping. En la ocasión, los dos líderes anunciaron el relanzamiento de su sociedad estratégica y anunciaron su compromiso de fortalecer la cooperación bilateral.
Con información de El Observador