En 2010 la economía china prosperaba y las empresas estatales buscaban formas de expandirse a nivel internacional. Beijing dirigió su atención sobre Latinoamérica, una región falta de capital pero rica en recursos naturales de los que carecía el gigante asiático. El resultado: un récord de 35.000 millones de dólares en préstamos entre estaos ese año. Pero no contaban con la aparición de la pandemia.
El Político
Una década más tarde, la relación antes frenética ha evolucionado, y China parece mirar con más reparos a sus socios.
Por primera vez en 15 años, los dos mayores bancos institucionales del país, el China Development Bank (CDB) y el Export-Import Bank of China, no hicieron préstamos a la región en 2020, redondeando una crisis de varios años marcada por el declive económico latinoamericano, reportó El Economista.
Afectación tras la pandemia
La creciente influencia económica y diplomática de China en la región ha preocupado a legisladores estadounidenses, que no han sabido frenar su ascenso. La tarea recae ahora en el gobierno de Joe Biden, que ha señalado a la presencia china en la región como una amenaza para la seguridad nacional.
Pero después de que China sustituya a Estados Unidos como principal socio comercial de varios países suramericanos, reducir la brecha no será fácil.
Estados Unidos podría haber quedado aún más rezagado durante la pandemia, cuando China donó más de 215 millones de dólares en suministros, desde guantes quirúrgicos a tecnologías de imagen térmica, a sus aliados en la región, según los reportes.
En comparación, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus iniciales en inglés) y el Departamento de Estado proporcionaron 153 millones de dólares. China también hizo ensayos clínicos o planes para fabricar vacunas en cinco países: Argentina, Brasil, Chile, México y Perú.
Pandemia afectó sus relaciones
Pero si bien la pandemia ha abierto la puerta a una ayuda china muy necesitada, también ha hecho más difícil que los gobiernos paguen sus deudas a Beijing. Una profunda recesión del 7,4% en América Latina y el Caribe el año pasado acabaron con casi una década de crecimiento, según datos del Fondo Monetario Internacional.
China ha acusado el golpe de las dificultades de sus deudores. Ecuador negoció el año pasado para aplazar un año casi 900 millones de dólares en pagos de deuda con entregas de petróleo. Se cree que Venezuela, de lejos el mayor deudor de la región, ha obtenido un aplazamiento similar.
“Dado que la región afronta desafíos sin precedentes, es improbable que China preste más por ahora”, dijo Margaret Myers, directora del programa Asia-América Latina en Dialogue. “En lugar de eso, tiene que gestionar su problemática cartera”.
La desaceleración en los préstamos a América Latina refleja una retirada global conforme China se centra en su propia recuperación en plena pandemia.
Financiamiento en América Latina
En enero, cuando terminaba el gobierno de Trump, la Corporación Internacional de Desarrollo Financiero Internacional firmó un acuerdo sin precedentes con Ecuador para financiar hasta 2.800 millones de dólares en proyectos de infraestructura, un dinero que según dijo, podría utilizarse para “refinanciar deuda abusiva china”.
Pero el financiamiento total de la Corporación -60.000 millones de dólares- palidece en comparación con el billón de dólares que China ha destinado a su iniciativa Cinturón y Ruta de la Seda para ganar influencia alrededor del mundo.
El préstamo estadounidense a Ecuador era significativo porque también requeriría que el gobierno privatizara activos petroleros e infraestructuras y vetara tecnología china.
“Esto definitivamente limitaría la influencia de China”, dijo Myers. “Pero al lastrar a generaciones futuras con más deuda, y fomentar el uso de combustibles fósiles, ¿de verdad ayuda a Ecuador en el largo plazo? Si no lo hace, entonces podría ser contraproducente para Estados Unidos”.