El canciller Rodolfo Nin Novoa se vio forzado ayer, en una comisión del Senado, a admitir que el gobierno uruguayo reconoce "expresamente" a Michel Temer como nuevo presidente de Brasil, poco después de hacer público un comunicado en el que evitaba tal pronunciamiento y consideraba una "injusticia" la destitución de Dilma Rousseff.
El comunicado de la Cancillería se refiere a Rousseff como "la presidenta electa legítimamente por el pueblo brasileño", elogia su "rol" en "fortalecer la histórica relación bilateral", y expresa que "Uruguay aspira a que en el marco de la institucionalidad democrática, el pueblo brasileño alcance sus objetivos de estabilidad y desarrollo". En el último punto afirma que "más allá de la legalidad invocada, el Gobierno uruguayo considera una profunda injusticia dicha destitución".
Nin Novoa estaba convocado a las comisiones de Asuntos Internacionales del Senado y Diputados por las negociaciones con Chile para un acuerdo de libre comercio. Pero la caída de Rousseff el día anterior acaparó buena parte de la sesión.
Sin embargo, el canciller evitó a los periodistas; llegó y se retiró del Palacio Legislativo sin hacer declaraciones a los medios.
El comunicado de la Cancillería fue el centro del debate con la oposición.
El presidente de la comisión, el senador blanco Jorge Larrañaga, le dijo a Nin que en la declaración, donde habla de "institucionalidad democrática" en Brasil, "surge claramente" que "hay una suerte de reconocimiento" al nuevo presidente.
Nin Novoa dijo entonces que "el gobierno uruguayo reconoce la presidencia de Temer". Además, subrayó que "las relaciones con Brasil deben continuar" y que "hoy el presidente es el presidente Temer".
La oposición le cuestionó otras dos frases del comunicado: la que dice "más allá de la legalidad invocada" y cuando define la destitución de Rousseff como "una profunda injusticia".
Con información de El País