13 millones de ecuatorianos concurren acuden hoy, siete de febrero a las urnas para elegir presidente de entre 16 aspirantes. El alto nivel de indecisos y pronósticos de votos nulos indican que la elección se decidirá en una segunda vuelta que posiblemente serà muy tensa.
El Político
El mayor desafío de los candidatos ha sido vencer la indiferencia y la decisión, y la sombra de expresidente Rafael Correa se alza sobre un proceso en el cual la indiferencia, las decepciones y los traumas que ha generado la pandemia de Covd.19 están presentes.
Son las primeras elecciones del año en América Latina en Ecuador,
"En Ecuador se vive un ambiente electoral de apatía, escepticismo y hartazgo”, dice Ximena Zapata, investigadora del Instituto GIGA de Estudios Latinoamericanos. Esto, debido a la mala gestión del gobierno en materia macroeconómica y fiscal, endeudamiento, pandemia, corrupción y retrocesos en democracia, enumera.
"No hay perspectivas ni esperanzas en la población de que las elecciones traigan un cambio positivo”, señala, y observa que, con menos del 10 por ciento de aprobación, el presidente Lenin Moreno, "ni siquiera fue capaz de postular un candidato de continuidad”.
Sin embargo, en el último momento y ante los avances Andrés Arauz, heredero político de Rafael Correa, se han levantado voces que advierten sobre las consecuencia de un nuevo gobierno socialista que podría convertir a Ecuador en una nueva versiòn de la actual Venezuela socialista.
Los ecuatorianos eligen binomio presidente-vicepresidente, 137 miembros de la Asamblea Nacional y seis del Parlamento Andino. 16 aspirantes a la presidencia, entre ellos solo una mujer, prometen hacer frente a la crisis por la pandemia, que ya ha dejado cerca de 15 mil fallecidos y un fuerte desempleo.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), hay un 6,6% de desempleo y un 23,4% de subempleo.
El Banco Mundial indica que el PIB cayó 9,5% en 2020, dejando a Ecuador en el tercer lugar de las economías más afectadas de Sudamérica y con bajas expectativas de crecimiento, alrededor del 3,5% para 2021. "Hay una situación económica muy grave y un incremento de la pobreza de 10 puntos porcentuales.
El voto es obligatorio hasta los 65 años y podría verse un ausentismo algo mayor al habitual, debido al COVID, estima el profesor de Ciencias Políticas de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Ecuador, Santiago Basabe. "El margen de votos nulos seguramente también va a crecer un poco.
Históricamente ha sido del 10% y estará entre el 12% y el 15% en esta ocasión”, agrega.
Esto, sumado al elevado número de candidatos, hace pensar que el próximo presidente ecuatoriano se decidirá en el balotaje, el 11 de abril. "Esto es un reflejo de lo que está viviendo la sociedad ecuatoriana: polarización, descontento y falta de estructura partidista que permita tener propuestas a largo plazo.
Más que programas, "en Ecuador sigue pesando mucho la persona, porque no hay estructuras partidarias fuertes. Es difícil catalogar incluso ideologías.
Aunque con diferencias, las encuestas prevén que los candidatos más votados serán Andrés Arauz (25% a 39% de los sufragios), Guillermo Lasso (20% a 35%) y Yaku Pérez (alrededor del 15%). Quienes pasen a segunda vuelta enfrentarán una definición muy estrecha.
Andrés Arauz, el candidato del correísmo
El político y economista Andrés Arauz, de 35 años, representa al izquierdista Movimiento Centro Democrático y la Unión por la Esperanza. Fue Ministro Coordinador de Conocimiento y Talento Humano del presidente Rafael Correa. De ganar, se convertiría en el presidente más joven que ha tenido el país.
"Arauz es claro en que su propuesta es el retorno del modelo del ex presidente Correa, en que el Estado es muy importante y el sector privado tiene un papel secundario. En el plano internacional, el Ecuador volvería al distanciamiento de Estados Unidos y los organismos multilaterales de crédito, y a observar a China y Rusia como aliados comerciales importantes”, indica Basabe.
Arauz recorre el país con una figura de cartón tamaño natural de Correa y anuncia que éste será asesor, de llegar al gobierno. Promete reactivar el gasto social y las obras públicas y ha ofrecido un polémico bono de mil dólares a un millón de familias, que algunos ven como compra votos. De izquierda conservadora, no reconoce los errores del correísmo y recicla sus principios y programas, observa Zapata: "Un Estado fuerte regulador, transformación de la matriz energética del país, infraestructura, integración regional, repatriación de capitales que están en el extranjero”.
Guillermo Lasso, por tercera vez
El candidato del movimiento CREO y el partido Social Cristiano representa la opción conservadora de centro derecha. Guillermo Lasso, empresario, banquero y político, ha dirigido varias empresas y esta es su tercera postulación a la presidencia. En 2013 perdió en primera vuelta ante Correa y en 2017 pasó a segunda ronda y fue vencido por Moreno, con 48.84% frente al 51.16% de los votos.
"La propuesta de Lasso es aperturista hacia el mercado, de reestructurarlo hacia el sector privado, lo que implica un achicamiento del Estado y dar más espacio hacia la generación de trabajo y riqueza desde lo privado”, señala Basabe. En su programa promete una economía libre, competitiva y solidaria, renovar infraestructura física y tecnológica en escuelas, crear empleos y fuentes formales de trabajo, elevar el salario mínimo, potenciar el turismo, apoyar emprendimientos y fomentar inversión en infraestructura.
"Lasso sigue impulsando la vieja agenda neoliberal que incluye privatizaciones, reducción del tamaño del Estado, eliminación de instituciones públicas, incremento de producción petrolera y minería e inversión extranjera, combinado con millones de empleos y créditos”.
Yaku Pérez, desde el movimiento indígena
El candidato de Pachakutik fue presidente de la confederación de pueblos indígenas ECUARUNARI. Abogado con estudios en justicia indígena y derecho ambiental, Yaku Pérez estuvo al mando del gobierno de la provincia de Azuay y se declara opositor tanto de Moreno como de Correa.
"Es una candidatura intermedia entre Arauz y Lasso, calificada por muchos como ambigua. Una propuesta de izquierda, desde un movimiento indígena fuerte como lo es Pachakutik, que el candidato define como de "izquierda ecológica y comunitaria”.
Promete un gobierno ambientalista, pero al mismo tiempo la continuación de subsidios a la gasolina”, dice Zapata. En opinión de Basabe, "si bien Pérez viene de una izquierda radical, ha sido esquivo a definirse económica y políticamente. Es una propuesta centrada en el Estado y temas ambientales, de buscar mecanismos alternos de desarrollo económico que no sea la explotación del petróleo o la minería”.
Propone entregar créditos blandos, promover emprendimientos comunitarios, agrícolas y textiles, apoyar a las trabajadoras, combatir los efectos del cambio climático y asegurar el derecho al agua. También considera impuestos a grupos económicos con grandes fortunas y a la salida de divisas y rechaza el pago de la deuda externa.
Sin duda, lo que pasa en Ecuador no se queda en Ecuador